Papa Francisco / Foto AFP
El papa animó hoy a “escuchar” a los pobres, inmigrantes o marginados que llegan a los centros de acogida, pero también en el seno de las familias porque, aseguró, “en la capacidad de escuchar está la raíz de la paz”.
Tras el rezo del Ángelus dominical, Francisco animó a promover un tipo de acogida basada también en la capacidad de escuchar al prójimo, “demostrar un comportamiento fraterno para que la persona se sienta en familia, no en un centro de acogida provisional”.
“El huésped no debe simplemente ser servido, nutrido, cuidado de todas las maneras. Es necesario, sobre todo, que sea escuchado, acogido como persona, con su historia, su corazón rico de sentimientos y pensamientos, que pueda sentirse en familia”, dijo.
El pontífice apuntó que, así entendida, “la hospitalidad aparece verdaderamente como una virtud humana y cristiana, una virtud que en el mundo de hoy corre el riesgo de ser descuidada”.
En su opinión, actualmente “se multiplican las casas de acogida y los hospicios, pero no siempre en estos ambientes se practica una hospitalidad real”.
“Se abren instituciones que afrontan muchas formas de enfermedad, soledad y marginación, pero disminuye la probabilidad para quien es extranjero, marginado o excluido de encontrar a alguien dispuesto a escucharle”, denunció.
“Al refugiado, inmigrante, escuchad esa dolorosa historia. No tenemos tiempo para escuchar”, lamentó.
Esta situación a su juicio también se da en el seno de las familias, donde “se encuentran más fácilmente servicios y atenciones de todo tipo que alguien que escuche y acoja”.
El papa le preguntó ante los fieles que le escuchaban desde la plaza de San Pedro: “Marido, ¿tienes tiempo para escuchar a tu mujer? Mujer, ¿tienes tiempo para escuchar a tu marido? O padres, ¿tenéis tiempo para escuchar a vuestros hijos, abuelos o ancianos?”.
“Se suele decir ‘no, los abuelos dicen muchas cosas, son aburridos’ ¡Pero tienen necesidad de ser escuchados! Pido que se aprenda a escuchar y de dedicarle más tiempo. En la capacidad de escuchar está la raíz de la paz”, subrayó.
Niza
El papa Francisco expresó su “dolor” por la matanza del jueves en Niza y rezó para que Dios haga que “ningún hombre ose de nuevo derramar la sangre del hermano”.“En nuestros corazones está vivo el dolor por la masacre que, la noche del jueves pasado, en Niza, ha acabado con muchas vidas inocentes. Incluso de muchos niños”, lamento el pontífice desde la ventana del Palacio Apostólico, tras el rezo del Ángelus dominical.
Francisco expresó su cercanía “a cada familia y a la entera nación francesa, en luto”.
“Que Dios, Padre bueno, acoja a todas las víctimas en su paz, sostenga a los heridos y conforte a los familiares. Que Él desbarate cada proyecto de terror y de muerte, para que ningún hombre ose de nuevo a derramar la sangre del hermano”, reclamó.
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