jueves, 30 de abril de 2020

La oración especial del Papa por las víctimas anónimas de la pandemia

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RADIO MARÏA
30/04/2020 – El Papa Francisco presidió la misa en la Casa Santa Marta el jueves de la tercera semana de Pascua. En la introducción dirigió sus pensamientos a las víctimas del nuevo coronavirus:
“Recemos hoy por los muertos, los que murieron por la pandemia; y también de manera especial por los muertos – digamos – anónimos: hemos visto las fotografías de las fosas comunes”.
En su homilía, el Papa comenta el pasaje de hoy de los Hechos de los Apóstoles (Hechos 8:26-40) que relata el encuentro de Felipe con un eunuco etíope, funcionario de Candáce, deseoso de comprender quién era, tal como lo describió el profeta Isaías: “Como una oveja fue llevado al matadero. Después de que Felipe le explicara que era Jesús, el etíope se dejó bautizar.
Es el Padre -afirma Francisco recordando el Evangelio de hoy (Jn 6, 44-51)- quien nos lleva al conocimiento del Hijo: sin esta intervención no podemos conocer el misterio de Cristo. Esto es lo que le pasó al funcionario etíope, que al leer al profeta Isaías tuvo una inquietud puesta en su corazón por el Padre.
Esto – observa el Papa – también se aplica a la misión: no convertimos a nadie, es el Padre quien atrae. Podemos simplemente dar un testimonio de fe. El Padre atrae a través del testimonio de la fe. Es necesario rezar para que el Padre atraiga a la gente a Jesús: el testimonio y la oración son necesarios. Este es el centro de nuestro apostolado.
“Preguntémonos: ¿doy testimonio con mi forma de vida, rezo para que el Padre atraiga a la gente a Jesús? Ir a una misión no es hacer proselitismo, es ser testigo. No convertimos a nadie, es Dios quien toca los corazones de la gente. Pidamos al Señor – esta es la oración conclusiva del Papa – la gracia de vivir nuestro trabajo con el testimonio y la oración para que pueda atraer a la gente a Jesús”.

miércoles, 29 de abril de 2020

Las bienaventuranzas, “camino pascual” que lleva a “ser de Cristo”– Catequesis completa


(zenit – 29 abril 2020).- El Santo Padre apuntó que el sendero de las bienaventuranzas es un “camino pascual” que lleva de una “vida según el mundo” a una “vida según Dios”, de una “existencia guiada por la carne” –es decir, por el egoísmo– a una “guiada por el Espíritu”.

Queridos hermanos y hermanas, buenos días:
Con la audiencia de hoy concluimos el itinerario sobre las Bienaventuranzas del Evangelio. Como hemos escuchado, la última proclama la alegría escatológica de los perseguidos por la justicia.
Esta bienaventuranza anuncia la misma felicidad que la primera: el Reino de los cielos es de los perseguidos así como de los pobres de espíritu; así comprendemos que hemos llegado al final de un itinerario unificado jalonado por los anuncios precedentes.
La pobreza de espíritu, el llanto, la mansedumbre, la sed de santidad, la misericordia, la purificación del corazón y las obras de paz pueden conducir a la persecución por causa de Cristo, pero esta persecución al final es causa de alegría y de gran recompensa en el cielo. El sendero de las Bienaventuranzas es un camino pascual que lleva de una vida según el mundo a una vida según Dios, de una existencia guiada por la carne –es decir, por el egoísmo– a una guiada por el Espíritu.

El mundo, con sus ídolos, sus compromisos y sus prioridades, no puede aprobar este tipo de existencia. Las “estructuras de pecado”, (1) a menudo producidas por la mentalidad humana, tan ajenas al Espíritu de verdad que el mundo no puede recibir (cf. Jn 14,17), no pueden por menos que rechazar la pobreza o la mansedumbre o la pureza y declarar la vida según el Evangelio como un error y un problema, por lo tanto como algo que hay que marginar. Así piensa el mundo : “Estos son idealistas o fanáticos…”. Así es como piensan.
Si el mundo vive en base al dinero, cualquiera que demuestre que la vida se puede realizar en el don y la renuncia se convierte en una molestia para el sistema de la codicia. Esta palabra “molestia” es clave, porque el testimonio cristiano de por sí que hace tanto bien a tanta gente porque lo sigue, molesta a los que tienen una mentalidad mundana. Lo viven como un reproche. Cuando aparece la santidad y emerge la vida de los hijos de Dios, en esa belleza hay algo incómodo que llama a adoptar una postura: o dejarse cuestionar y abrirse a la bondad o rechazar esa luz y endurecer el corazón, hasta el punto de la oposición y el ensañamiento (cf. Sabiduría 2, 14-15). Es curioso ver cómo, en la persecución de los mártires, la hostilidad crece hasta el ensañamiento. Basta con ver las persecuciones del siglo pasado, de las dictaduras europeas: cómo se llega al ensañamiento contra los cristianos, contra el testimonio cristiano y contra la heroicidad de los cristianos.
Pero esto muestra que el drama de la persecución es también el lugar de la liberación del sometimiento al éxito, a la vanagloria y a los compromisos del mundo. ¿De qué se alegra el que es rechazado por el mundo a causa de Cristo? Se alegra de haber encontrado algo más valioso que el mundo entero. Porque «¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si arruina su vida?” (Mc 8:36). ¿Qué ventaja hay?
Es doloroso recordar que, en este momento, hay muchos cristianos que sufren persecución en varias partes del mundo, y debemos esperar y rezar para que su tribulación se detenga cuanto antes. Son muchos: los mártires de hoy son más que los mártires de los primeros siglos. Expresemos a estos hermanos y hermanas nuestra cercanía: somos un solo cuerpo, y estos cristianos son los miembros sangrantes del cuerpo de Cristo que es la Iglesia.
Pero también debemos tener cuidado de no leer esta bienaventuranza en clave victimista, auto- conmiserativa. En efecto, el desprecio de los hombres no siempre es sinónimo de persecución: precisamente un poco más tarde Jesús dice que los cristianos son la “sal de la tierra”, y advierte contra la “pérdida del sabor”, de lo contrario la sal “no sirve para otra cosa que para ser tirada y pisoteada por los hombres” (Mt 5,13). Por lo tanto, también hay un desprecio que es culpa nuestra cuando perdemos el sabor de Cristo y el Evangelio.
Debemos ser fieles al sendero humilde de las Bienaventuranzas, porque es el que lleva a ser de Cristo y no del mundo. Vale la pena recordar el camino de San Pablo: cuando se creía un hombre justo, era de hecho un perseguidor, pero cuando descubrió que era un perseguidor, se convirtió en un hombre de amor, que afrontaba con alegría los sufrimientos de las persecuciones que sufría (cf. Col 1,24).
La exclusión y la persecución, si Dios nos concede la gracia, nos asemejan a Cristo crucificado y, asociándonos a su pasión, son la manifestación de la vida nueva. Esta vida es la misma que la de Cristo, que por nosotros los hombres y por nuestra salvación fue “despreciado y rechazado por los hombres” (cf. Is 53,3; Hch 8,30-35). Acoger su Espíritu puede llevarnos a tener tanto amor en nuestros corazones como para ofrecer nuestras vidas por el mundo sin comprometernos con sus engaños y aceptando su rechazo. Los compromisos con el mundo son el peligro: el cristiano siempre está tentado de hacer compromisos con el mundo, con el espíritu del mundo. Esta –rechazar los compromisos y seguir el camino de Jesucristo– es la vida del Reino de los Cielos, la alegría más grande, la felicidad verdadera . Y luego, en las persecuciones siempre está la presencia de Jesús que nos acompaña, la presencia de Jesús que nos consuela y la fuerza del Espíritu que nos ayuda a avanzar. No nos desanimemos cuando una vida coherente con el Evangelio atrae las persecuciones de la gente: existe el Espíritu que nos sostiene en este camino.


© Librería Editorial Vaticana

martes, 28 de abril de 2020

El Papa: el Señor dé prudencia a su pueblo ante la pandemia

En la misa en la Casa Santa Marta, Francisco rezó para que el pueblo de Dios sea obediente a las disposiciones para el fin de la cuarentena de modo que la pandemia no regrese. En su homilía, el Papa invitó al pueblo a no caer en el pequeño linchamiento cotidiano de la habladuría que provoca juicios falsos sobre las personas

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A continuación la homilía del Papa según nuestra transcripción:
En la primera lectura de estos días escuchamos el martirio de Esteban: una cosa simple, cómo sucedió. Los Doctores de la Ley no toleraban la claridad de la doctrina, y como salió, fueron a pedirle a alguien que dijera que habían oído que Esteban blasfemaba contra Dios, contra la Ley. Y después de eso, se abalanzaron sobre él y lo apedrearon, así de sencillo. Es una estructura de acción que no es la primera: también con Jesús hicieron lo mismo. El pueblo que estaba allí trató de convencer de que era un blasfemo y gritaron: "Crucifíquenlo". Es una bestialidad. Una bestialidad, partir de falsos testimonios para llegar a "hacer justicia". Ese es el patrón. Incluso en la Biblia hay casos como este: a Susana hicieron lo mismo, a Nabot hicieron lo mismo, luego Aman trató de hacer lo mismo con el pueblo de Dios... Noticias falsas, calumnias que encienden al pueblo y piden justicia. Es un linchamiento, un linchamiento de verdad.
Y así, [lo] llevan al juez, para que éste le dé forma legal a esto: pero ya llega juzgado, el juez debe ser muy, muy valiente para ir en contra de un juicio tan popular, hecho a propósito, preparado. Este es el caso de Pilatos: Pilatos vio claramente que Jesús era inocente, pero vio a la gente, se lavó las manos. Es una forma de hacer jurisprudencia. Incluso hoy en día vemos esto: también hoy, en algunos países, cuando se quiere dar un golpe de Estado o sacar a algún político para que no vaya a las elecciones o así, se hace esto: noticias falsas, calumnias, entonces se cae en un juez de los que les gusta crear jurisprudencia con este positivismo "situacionista" que está de moda, y luego se condena. Es un linchamiento social. Y así se le hizo a Esteban, así se le hizo al juicio de Esteban: llevan a juzgar a uno ya juzgado por el pueblo engañado.
Esto también sucede con los mártires de hoy: que los jueces no tienen la oportunidad de hacer justicia porque ya están juzgados. Pensemos en Asia Bibi, por ejemplo, que hemos visto: diez años de prisión porque fue juzgada por una calumnia y un pueblo que quiere su muerte. Frente a esta avalancha de falsas noticias que crean opinión, muchas veces no se puede hacer nada: no se puede hacer nada.
Pienso mucho, en esto, en la Shoah. La Shoah es un caso de este tipo: se creó una opinión en contra de un pueblo y luego fue normal: "Sí, sí: hay que matarlos, hay que matarlos". Una forma de proceder para acabar con la gente que molesta, que disturba.
Todos sabemos que esto no es bueno, pero lo que no sabemos es que hay un pequeño linchamiento diario que intenta condenar a las personas, crear una mala reputación a las personas, descartarlas, condenarlas: el pequeño linchamiento diario de las habladurías que crea una opinión, y muchas veces uno escucha hablar mal de alguien, dice: "¡Pero no, esta persona es una persona correcta!" - "No, no: se dice que...", y con ese "se dice que" se crea una opinión para acabar con una persona. La verdad es otra: la verdad es el testimonio de lo verdadero, de las cosas que una persona cree; la verdad es clara, es transparente. La verdad no tolera las presiones. Veamos a Esteban, mártir: el primer mártir después de Jesús. Primer mártir. Pensemos en los apóstoles: todos han dado testimonio. Y pensemos en muchos mártires - incluso el de hoy, San Pedro Chanel -; fue la habladuría allí, lo que creó que estaba en contra del rey... se crea una fama, y es asesinado. Y pensemos en nosotros, en nuestro lenguaje: tantas veces nosotros, con nuestros comentarios, empezamos un linchamiento de este tipo. Y en nuestras instituciones cristianas, hemos visto tantos linchamientos diarios que nacieron de las habladurías.
Que el Señor nos ayude a ser justos en nuestros juicios, a no empezar o seguir esta condena masiva que provoca la habladuría.

lunes, 27 de abril de 2020

El Papa reza por los artistas: que el Señor nos dé la gracia de la creatividad

Este 27 de abril, en la Misa en la Casa Santa Marta, el Santo Padre pidió por los artistas y recordó el camino de la belleza y la creatividad que nos pueden ayudar en este difícil momento caracterizado por la pandemia. En su homilía, nos invitó a pedir la gracia de volver siempre al primer encuentro con Jesús, ese primer momento cuando Jesús nos miró con amor y nos dijo sígueme.

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Volver al primer encuentro con Jesús

La homilía del Papa Francisco

A continuación el texto de la homilía según nuestra transcripción y al mismo tiempo te invitamos a seguir la Santa Misa (video integral) desde nuestro canal de Youtube:
La gente que había escuchado a Jesús durante todo el día, y luego tuvo la gracia de multiplicar los panes y vio el poder de Jesús, quería hacerlo rey. Primero fueron a Jesús para escuchar la palabra y también para pedir la curación de los enfermos. Se quedaron todo el día escuchando a Jesús sin aburrirse, sin cansarse o (estar) cansados, pero estaban allí, felices. Pero cuando vieron que Jesús los alimentaba, lo cual no esperaban, pensaron: "Pero este sería un buen gobernante para nosotros y seguramente podrá liberarnos del poder de los romanos y llevar el país adelante". Y estaban encantados de hacerle rey. Su intención cambió, porque vieron y pensaron: "Bien... porque una persona que realiza este milagro, que alimenta a la gente, puede ser un buen gobernante. Pero habían olvidado en ese momento el entusiasmo que la palabra de Jesús hacía nacer en sus corazones.
Jesús se marchó y se fue a rezar. Se puede ver a esa gente, se quedaron allí, y al día siguiente buscaban a Jesús, "porque debe estar aquí" dijeron, porque habían visto que no había subido al barco con los demás. Y había un barco allí, se quedó allí... Pero no sabían que Jesús había alcanzado a los otros caminando sobre las aguas. Así que decidieron ir al otro lado del Mar de Tiberíades para buscar a Jesús y cuando lo vieron, la primera palabra que le dijeron fue: "Maestro, ¿cuándo has llegado aquí?", como diciendo: "No entendemos, esto parece una cosa extraña".
Y Jesús les hace volver al primer sentimiento, a lo que tenían antes de la multiplicación de los panes, cuando escucharon la palabra de Dios: "En verdad, en verdad les digo que no me buscan porque han visto signos – como al principio, los signos de la palabra, que les emocionaron, los signos de la curación – no porque hayan visto signos sino porque han comido de esos panes y los he saciado. Jesús revela su intención y dice: "Pero es así, has cambiado de actitud. Y ellos, en vez de justificarse: "No, Señor, no...", fueron humildes. Jesús continúa: "No trabajen por la comida que no dura, sino por la comida que queda para la vida eterna y que el Hijo del Hombre te dará. Porque sobre Él, el Padre, Dios, ha puesto su sello". Y ellos, buena gente, dijeron: "¿Qué debemos hacer para hacer las obras de Dios?". "Que creas en el Hijo de Dios". Este es un caso en el que Jesús corrige la actitud de la gente, de la multitud, porque a mitad del camino se había desviado un poco del primer momento, del primer consuelo espiritual y había tomado un camino que no era el correcto, un camino más mundano que evangélico.
Esto nos hace pensar muchas veces que en la vida empezamos a seguir a Jesús, detrás de Jesús, con los valores del Evangelio, y a mitad de camino nos hacemos otra idea, vemos algunos signos y nos alejamos y nos conformamos con algo más temporal, más material, más mundano, tal vez, y perdemos el recuerdo de ese primer entusiasmo que tuvimos cuando escuchamos hablar a Jesús. El Señor siempre nos hace volver al primer encuentro, al primer momento en que nos miró, nos habló e hizo nacer en nosotros el deseo de seguirle. Esta es una gracia para pedirle al Señor, porque en la vida siempre tendremos esta tentación de alejarnos porque vemos otra cosa: "Pero eso irá bien, pero esa idea es buena...". Nos estamos alejando. La gracia de volver siempre a la primera llamada, al primer momento: no olvides, no olvides mi historia, cuando Jesús me miró con amor y me dijo: "Este es tu camino"; cuando Jesús a través de tantas personas me hizo comprender cuál era el camino del Evangelio y no otros caminos un poco mundanos, con otros valores. Vuelve al primer encuentro.
Siempre me ha llamado la atención que entre las cosas que Jesús dijo la mañana de la Resurrección: "Ve a mis discípulos y diles que vayan a Galilea, allí me encontrarán", Galilea fue el lugar del primer encuentro. Allí habían conocido a Jesús. Cada uno de nosotros tiene su propia "Galilea" dentro, nuestro propio momento cuando Jesús se acercó a nosotros y dijo: "Sígueme". En la vida esto le pasa a esta gente - bueno, porque entonces les dice: "¿Pero qué debemos hacer?", ellos obedecieron inmediatamente - sucede que nos vamos y buscamos otros valores, otra hermenéutica, otras cosas, y perdemos la frescura de la primera llamada. El autor de la carta a los Hebreos también nos recuerda esto: "Recuerda los primeros días". La memoria, la memoria del primer encuentro, la memoria de "mi Galilea", cuando el Señor me miró con amor y me dijo: "Sígueme".

La comunión espiritual, adoración y bendición Eucarística

Finalmente, el Papa terminó la celebración con la adoración y la bendición Eucarística, invitando a todos a realizar la comunión espiritual con esta oración:
“Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Pero como ahora no puedo recibirte sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que jamás me separe de Ti. Amén”.
Antes de salir de la Capilla dedicada al Espíritu Santo, se entonó la antífona mariana que se canta en el tiempo pascual, el Regina Coeli.
Regína caeli laetáre, allelúia.
Quia quem merúisti portáre, allelúia.
Resurréxit, sicut dixit, allelúia.
Ora pro nobis Deum, allelúia.

El Papa reza por los que están tristes por esta crisis. Jesús está siempre al lado nuestro

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Francisco preside la misa en la Casa Santa Marta en el tercer domingo de Pascua. En la introducción dirige sus pensamientos a los que están afligidos por la tristeza en el tiempo de la pandemia: "Hoy, en esta misa, rezamos por todos aquellos que sufren la tristeza, porque están solos o porque no saben qué futuro les espera o porque no pueden llevar adelante su familia porque no tienen dinero, porque no tienen trabajo. Tanta gente que sufre de tristeza. Recemos por ellos hoy".
En su homilía, el Papa comentó el Evangelio de hoy (Lc 24, 13-35) que relata el encuentro de Jesús resucitado con los discípulos de Emaús y como ellos reconocieron al Señor al partir el pan. El cristianismo - dijo el Papa - es un encuentro con Jesús, el cristiano es aquel que se deja encontrar por el Señor. Nacimos con una semilla de inquietud, aún sin saberlo: nuestro corazón tiene sed del encuentro con Dios, lo busca, muchas veces por caminos equivocados. Y Dios tiene sed de encontrarnos. En el Evangelio vemos que Jesús respeta nuestro camino, sigue nuestros tiempos, es el Señor de la paciencia, camina a nuestro lado, escucha nuestras inquietudes, las conoce. A Jesús le gusta oír cómo hablamos. No acelera el paso: es su paciencia. Jesús va al ritmo de la persona más lenta. Jesús escucha, luego responde, explica, hasta el punto necesario. Encontramos a Jesús a lo largo de nuestro camino incluso en nuestros momentos más oscuros: nos acompaña porque quiere encontrarnos. Por eso decimos que el núcleo del cristianismo es el encuentro con Jesús. Algunas personas se encuentran con Jesús sin darse cuenta. La vida de la gracia comienza cuando nos encontramos con Jesús. Que el Señor - es la oración conclusiva del Papa - nos dé la gracia de encontrarle y saber que camina con nosotros en todo momento: es nuestro compañero de peregrinación.
A continuación la homilía del Papa según una transcripción nuestra:
Muchas veces hemos oído que el cristianismo no es sólo una doctrina, no es una forma de comportarse, no es una cultura. Sí, es todo eso, pero más importante y primero y principal, es un encuentro. Una persona es cristiana porque ha encontrado a Jesucristo, se ha dejado encontrar por Él.
Este pasaje del Evangelio de Lucas nos habla de un encuentro, la forma de comprender bien cómo actúa el Señor, cómo es nuestra forma de actuar. Nacimos con una semilla de ansiedad. Dios lo quiso así: inquietud por encontrar la plenitud, inquietud por encontrar a Dios, muchas veces incluso sin saber que tenemos esta inquietud. Nuestro corazón está inquieto, nuestro corazón está sediento: sed de encuentro con Dios. Lo busca, muchas veces por caminos equivocados: se pierde, luego vuelve, lo busca... Por la otra parte, Dios tiene sed de encuentro, hasta tal punto que envió a Jesús a nuestro encuentro, a venir al encuentro de esta inquietud.
¿Cómo actúa Jesús? En este pasaje del Evangelio vemos bien que Él respeta, respeta nuestra propia situación, no se adelanta. Solo algunas veces, con los tercos, pensamos en Pablo, ¿no es así? cuando lo tira del caballo. Pero normalmente va despacio, respetando nuestros tiempos. Es el Señor de la paciencia. ¡Cuánta paciencia tiene el Señor con cada uno de nosotros! El Señor camina a nuestro lado.
Como hemos visto aquí con estos dos discípulos, Él escucha nuestras inquietudes - ¡Él las conoce! - y en cierto punto dice algo. Al Señor le gusta oír cómo hablamos, para entendernos bien y dar la respuesta correcta a esa inquietud. El Señor no acelera el paso, siempre va a nuestro ritmo, muchas veces lento, pero su paciencia es así.
Hay una antigua regla de los peregrinos que dice que el verdadero peregrino debe ir al paso de la persona más lenta. Y Jesús es capaz de esto, lo hace, no acelera, espera a que demos el primer paso. Y cuando llega el momento, nos hace la pregunta. En este caso está claro: "¿De qué cosas vienen hablando?", se vuelve ignorante para hacernos hablar. Le gusta que hablemos. Le gusta oír esto, le gusta que hablemos así. Es algo que hace para escucharnos y la respuesta nos hace hablar, como si se hiciese el ignorante, pero con mucho respeto. Y luego responde, explica, hasta el punto necesario. Aquí nos dice que: "¿Acaso no era necesario que el Mesías padeciera todo esto y así entrara en su gloria?" Y, comenzando con Moisés y todos los profetas, les explicó en todas las Escrituras lo que se refería a Él. Explica, aclara.
Confieso que tengo curiosidad por saber cómo explicó Jesús para hacer lo mismo. Fue una hermosa catequesis. Y luego el mismo Jesús que nos acompañó, que se acercó a nosotros, simula ir más allá para ver la medida de nuestra inquietud: No, ven, ven, "quédate un poco con nosotros". Así es como se da el encuentro. Pero el encuentro no es sólo el momento de partir el pan aquí, sino que es todo el camino. Nos encontramos con Jesús en la oscuridad de nuestras dudas. Incluso en la fea duda de nuestros pecados, Él está ahí para ayudarnos, en nuestras inquietudes... Él siempre está con nosotros.
El Señor nos acompaña porque quiere encontrarnos. Por eso decimos que el núcleo del cristianismo es un encuentro: el encuentro con Jesús. ¿Por qué eres cristiano? ¿Por qué eres cristiana? Y mucha gente no sabe decirlo. Algunos, por tradición, pero, otros no saben decirlo, porque se encontraron con Jesús, pero no se dieron cuenta de que era un encuentro con Jesús. Jesús siempre nos está buscando. Siempre. Y nosotros tenemos nuestra inquietud. En el momento en que nuestra inquietud encuentra a Jesús, comienza la vida de la gracia, la vida de la plenitud, la vida del camino cristiano.
Que el Señor nos dé a todos esta gracia de encontrarnos con Jesús todos los días, de saber, de conocer precisamente que Él camina con nosotros en todos nuestros momentos. Es nuestro compañero de peregrinación.
El Papa terminó la celebración con la adoración y la Bendición Eucarística, invitando a hacer la comunión espiritual. A continuación se encuentra la oración recitada por el Papa:
Jesús mío, creo que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar. Te amo por encima de todas las cosas y te deseo en mi alma. Ya que no puedo recibirte sacramentalmente ahora, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como ya has venido, te abrazo y todas las cosas se unen a ti. No dejes que nunca me separe de ti.
Antes de salir de la capilla dedicada al Espíritu Santo, se entonó la antífona mariana "Regina Coeli", que se canta durante el Tiempo Pascual:
Regina coeli, laetare, alleluia.
Quia quem meruisti portare, alleluia.
Resurrexit, sicut dixit, alleluia.
Ora pro nobis Deum, alleluia.
Reina del cielo alégrate; aleluya.
Porque el Señor a quien has merecido llevar; aleluya.
Ha resucitado según su palabra; aleluya.
Ruega al Señor por nosotros; aleluya.
26 abril 2020, 07:37

viernes, 24 de abril de 2020

El Papa reza por los profesores y estudiantes en este tiempo de pandemia

Este 24 de abril, en la Misa en la Casa Santa Marta, el Santo Padre pidió por los maestros y los estudiantes que a causa de la epidemia del coronavirus vienen realizando sus actividades académicas de forma virtual. En su homilía, el Pontífice pidió por los pastores, para que tengan un corazón como el de Jesús, cercano a la gente.
Vatican News
En la Misa matutina celebrada – y transmitida en vivo – en la Capilla de la Casa Santa Marta, este Viernes de la Segunda Semana de Pascua, el Papa Francisco pidió por los agentes educativos, profesores y estudiantes, afectados por el nuevo coronavirus:
“Oremos hoy por los profesores que tienen que trabajar bastante para realizar lecciones a través de internet y otros medios de comunicación y oremos también por los estudiantes que tienen que hacer exámenes de una manera en la cual no están acostumbrados. Acompañémoslos con la oración”.

La homilía del Papa Francisco

A continuación el texto de la homilía según nuestra transcripción y al mismo tiempo te invitamos a seguir la Santa Misa (video integral) desde nuestro canal de Youtube:
Esta frase de este pasaje nos hace pensar: "Decía esto para ponerlo a prueba. Sabía lo que iba a hacer". Esto es lo que Jesús tenía en mente cuando dijo, "¿Dónde podemos comprar pan para que puedan comer?". Pero lo decía para ponerlo a prueba. Él lo sabía. Aquí se puede ver la actitud de Jesús con los apóstoles. Continuamente los ponía a prueba para enseñarles, y cuando estaban fuera de los límites y fuera de esa función que tenían que hacer, los detenía y les enseñaba.

El Evangelio está lleno de estos gestos de Jesús para hacer crecer a sus discípulos hasta convertirse en pastores del pueblo de Dios, en este caso Obispos, pastores del pueblo de Dios. Y una de las cosas que Jesús más amaba era estar con la multitud porque esto también es un símbolo de la universalidad de la redención. Y una de las cosas que más les disgustaba a los apóstoles era la multitud, porque les gustaba estar cerca del Señor, sentir al Señor, escuchar todo lo que el Señor decía. Ese día fueron allí para tener un día de descanso – las otras versiones en los otros Evangelios dicen, porque los cuatro están hablando de ello ... tal vez hay dos multiplicaciones de panes – y vinieron de una misión y el Señor dijo: "Vamos a ir a descansar un poco". 

Y fueron allí y la gente se dio cuenta de dónde iban junto al mar, y dieron vueltas y los esperaron allí. Y los discípulos no estaban contentos porque la gente había arruinado la "pasquetta", no podían tener esta fiesta con el Señor. A pesar de esto, Jesús comenzó a enseñar, ellos escuchaban, luego hablaban entre ellos y las horas pasaban, las horas, Jesús hablaba y la gente estaba feliz. Y ellos decían: "Nuestra fiesta está arruinada, nuestro descanso está arruinado".

Pero el Señor buscaba la cercanía con el pueblo y buscaba formar los corazones de los pastores a la cercanía con el pueblo de Dios para servirles. Y ellos, se entiende esto, fueron elegidos y se sintieron un poco como un círculo privilegiado, una clase privilegiada, "una aristocracia", por así decirlo, cerca del Señor, y muchas veces el Señor hizo gestos para corregirlos. Por ejemplo, pensamos con los niños. Ellos cuidaban al Señor: "No, no, no, no acerquen a los niños que molestan, molestan... No, los niños con sus padres". ¿Y Jesús? "Que vengan los niños". Y no lo entendieron. Después lo entendieron. Luego pienso en el camino a Jericó, ese otro que gritaba: "Jesús, hijo de David, ten piedad de mí". Y estos: "Pero cállate mientras el Señor pasa, no lo molestes". 

Y Jesús dice: "¿Pero quién es ese? Que venga". Otra vez el Señor. Y así les enseñaba esa cercanía con el pueblo de Dios.
Es cierto que el pueblo de Dios cansa al pastor, cansa: cuando hay un buen pastor las cosas se multiplican, porque la gente siempre va al buen pastor por una razón, por otra. Una vez, un gran pastor de un barrio sencillo y humilde de la diócesis... tenía la rectoría como una casa normal y la gente llamaba a la puerta o a la ventana, porque a cada hora... y una vez me dijo: "Pero me gustaría amurallar la puerta y la ventana para que me dejaran descansar". Pero se dio cuenta de que era un pastor y tenía que estar con la gente. Y Jesús forma, enseña a los discípulos, a los apóstoles, esta actitud pastoral que es la cercanía al pueblo de Dios.

Y el pueblo de Dios cansa, porque siempre nos piden cosas concretas, siempre te piden algo concreto, quizás equivocado pero te piden cosas concretas. Y el pastor debe ocuparse de estas cosas. La versión de los otros evangelistas cuando muestran a Jesús que las horas han pasado y la gente tiene que irse porque estaba oscureciendo y dicen: "Pero despide a la gente para que se pueda ir a comprar algo de comer", justo en el momento de la oscuridad, cuando estaba oscureciendo... ¿Pero qué tenían en mente? Al menos para tener una pequeña fiesta entre ellos, ese egoísmo no tan malo, pero se entiende, para estar con el pastor, para estar con Jesús que es el gran pastor, y Jesús responde, para ponerlos a prueba: "Denles ustedes de comer". 

Y esto es lo que Jesús dice hoy a todos los pastores: "Denles ustedes de comer". "¿Están angustiados? Denles ustedes consolación. ¿Están perdidos? Denles ustedes una salida. ¿Están equivocados? Denles ustedes algo para que resuelvan sus problemas... Denles... Y el pobre apóstol siente que debe dar, dar, dar, pero ¿de quién recibe? Jesús nos enseña, de la misma (persona) que Jesús recibió.
Después de esto, se despide de los apóstoles y va a rezar, del Padre, la oración. Esta doble cercanía del pastor es lo que Jesús trata de ayudar a los apóstoles a entender para que se conviertan en grandes pastores. Pero muchas veces la multitud se equivoca y aquí se ha equivocado. "Entonces el pueblo, al ver la señal que había hecho, dijo: '¡Este es en verdad el profeta, el que tenía que venir al mundo! Pero Jesús, sabiendo que venían a tomarlo para hacerlo rey, se retiró de nuevo". Tal vez – el Evangelio no lo dice – algunos de los apóstoles le habrían dicho: "Pero Señor, aprovechemos esto y tomemos el poder". Otra tentación. Y Jesús le muestra que ese no es el camino.


El poder del pastor es el servicio, no tiene otro poder, y cuando se equivoca en otro poder arruina su vocación y se convierte, no sé, en gerente de empresas pastorales pero no en pastor. La estructura no hace la pastoral: el corazón del pastor es lo que hace el trabajo pastoral. Y el corazón de pastor es lo que Jesús nos está enseñando ahora. Pidamos hoy al Señor por los pastores de la Iglesia para que el Señor les hable siempre, porque los ama mucho: nos hable siempre, nos diga cómo son las cosas, nos explique y sobre todo nos enseñe a no temer al pueblo de Dios, a no tener miedo de estar cerca de él.

La comunión espiritual, adoración y bendición Eucarística

Finalmente, el Papa terminó la celebración con la adoración y la bendición Eucarística, invitando a todos a realizar la comunión espiritual con esta oración:
“Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Pero como ahora no puedo recibirte sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que jamás me separe de Ti. Amén”.

jueves, 23 de abril de 2020

Santa Marta: Francisco reza por la “pandemia social” que afecta a las familias

Misa En La Casa Santa Marta, 22 Abril 2020 © Vatican Media

Y por la conversión de los usureros

(zenit – 23 abril 2020).- El Santo Padre habló sobre la “pandemia social” que ocasiona el coronavirus y que afecta a las familias: “Oremos. Recemos por estas familias, por los muchos hijos de estas familias, por la dignidad de estas familias, y recemos también por los usureros: que el Señor toque sus corazones y los convierta”.
El Papa Francisco presidió hoy, 23 de abril de 2020, jueves de la segunda semana de Pascua, la Misa en la Casa Santa Marta, transmitida por Vatican News y por la página de Facebook de zenit.
Homilía del Papa
La primera lectura continúa la historia que comenzó con la curación del lisiado en la Hermosa Puerta del Templo. Los apóstoles fueron llevados ante el sinedro, luego fueron enviados a prisión, y un ángel los liberó. Y esa mañana, justo esa mañana, tenían que salir de la prisión para ser juzgados, pero habían sido liberados por el ángel y predicaban en el Templo. «En aquellos días, Entonces el comisario del templo con sus alguaciles, condujeron los apóstoles y los presentaron en el Consejo»;  fueron a buscarlos al Templo y los llevaron al Consejo. Y allí, el sumo sacerdote les reprochó: «¿Os habíamos ordenado no enseñar mencionando ese nombre? – es decir, en el nombre de Jesús – y vosotros habéis llenado Jerusalén de vuestra doctrina y queréis hacernos responsables de la muerte de ese hombre”, porque los apóstoles, Pedro, sobre todo, reprochaba; Pedro y Juan reprocharon a los jefes, los sacerdotes, de haber matado a Jesús.
En la historia, la Iglesia ha tenido que hacer esto muchas veces para salvar al pueblo de Dios. Y muchas veces, también lo ha hecho para salvarse a sí mismo, ¡pero no la Santa Iglesia! – hasta los líderes. Los compromisos pueden ser buenos y pueden ser malos. Pero, ¿pero ellos, podían salir del compromiso? No, Pedro dijo: «Sin compromiso. Vosotros sois los culpables», y con esta valentía.
¿Y cómo llegó Pietro a este punto? Porque era un hombre entusiasta, un hombre que amaba con fuerza, incluso un hombre temeroso, un hombre que estaba abierto a Dios hasta el punto de que Dios le revela que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, pero poco después -inmediatamente- se dejó caer en la tentación de decirle a Jesús: «No, Señor, por este camino no: vayamos por el otro»: la redención sin la Cruz. Y Jesús le dice: «Satanás». Un Pedro que pasó de la tentación a la gracia, un Pedro que es capaz de arrodillarse ante Jesús [y decir]: «Aléjate de mí, que soy un pecador», y luego un Pedro que trata de alejarse sin ser visto y para no terminar en la cárcel niega a Jesús. Es un Pedro inestable, pero porque fue muy generoso y también muy débil. ¿Cuál es el secreto, qué fuerza tuvo Pedro para llegar aquí? Hay un verso que nos ayudará a entender esto. Antes de la Pasión, Jesús dijo a los apóstoles: «Satanás os ha reclamado para cribaros como trigo». Es el momento de la tentación: «Sereis así, como el trigo. Y a Pedro le dijo: «yo he rezado por ti para que no falle tu fe». Este es el secreto de Pedro: la oración de Jesús. Jesús reza por Pedro, para que su fe no falle y pueda – dice Jesús – confirmar a sus hermanos en la fe. Jesús reza por Pedro.
Y lo que Jesús hizo con Pedro, lo hace con todos nosotros. Jesús reza por nosotros; Él reza ante el Padre. Estamos acostumbrados a rezar a Jesús para que nos dé esta gracia, esa otra gracia, para ayudarnos, pero no estamos acostumbrados a contemplar a Jesús que hace ver las heridas al Padre, a Jesús, el intercesor, a Jesús que reza por nosotros. Y Pedro pudo pasar de ser cobarde a ser valiente con el don del Espíritu Santo gracias a la oración de Jesús.
Pensemos un poco en eso. Dirijámonos a Jesús, agradeciendo que Él reza por nosotros. Por cada uno de nosotros, Jesús reza. Jesús es el intercesor. Jesús quiso llevarse las heridas para que el Padre pudiera verlas. Es el precio de nuestra salvación. Debemos tener más confianza; más que en nuestras oraciones, en la oración de Jesús. «Señor, reza por mí» – «Pero yo soy Dios, puedo darte…» – «Sí, pero reza por mí, porque tú eres el intercesor». Y este es el secreto de Pedro: «Pedro, rezaré por ti para que tu fe no falle».
Que el Señor nos enseñe a pedirle la gracia de rezar por cada uno de nosotros.
Comunión espiritual, adoración y bendición eucarística
El Papa, terminó la celebración con la adoración y la bendición eucarística, invitando a todos a realizar la comunión espiritual con esta oración:
“Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Pero como ahora no puedo recibirte sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que jamás me separe de Ti. Amén”.
Antes de salir de la Capilla dedicada al Espíritu Santo, se entonó la antífona mariana que se canta en el tiempo pascual, el Regina Coeli.
Regína caeli laetáre, allelúia.
Quia quem merúisti portáre, allelúia.
Resurréxit, sicut dixit, allelúia.
Ora pro nobis Deum, allelúia.

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San Jorge: El día de su santo, el Papa regala respiradores y equipo médico

Papa Francisco © Vatican Media

A hospitales de Rumanía, Italia y España

(zenit – 23 abril 2020).- Hoy, 23 de abril, se celebra el día de san Jorge mártir, que murió en el año 303 por no renegar de su fe durante las persecuciones anticristianas desatadas por el emperador romano Diocleciano.
En este día, por tanto, el Papa Francisco –Jorge Mario Bergoglio– celebra su onomástica. El regalo del Santo Padre es la entrega de respiradores y equipo médico, máscaras, gafas protectoras para los médicos y enfermeras, y monos para el personal de cuidados intensivos, informa Vatican News.
Algunos hospitales de Rumanía, Italia y España serán los beneficiarios de estos productos tan necesarios frente a la emergencia sanitaria de la COVID-19.
Palabras del limosnero
El cardenal Konrad Krajewski, limosnero apostólico del Papa, ha definido este gesto como “un signo bellísimo que cae en este día particular en el cual el Santo Padre no recibe un regalo sino que lo dona a otros”.
Además, prosigue, esta donación constituye “un abrazo del Papa en una situación difícil para todo el mundo”.
Rumanía
De acuerdo al citado medio vaticano, Rumanía está experimentando una verdadera emergencia sanitaria. En la pequeña ciudad de Suceava, donde se entregarán 5 respiradores, existe casi un 25% del contagio total a nivel nacional.
Esta población, situada en la región más pobre del país y de la Unión Europea junto con varios municipios de los alrededores, se encuentra en cuarentena. En Rumanía son ya más de 515 las víctimas y casi 10 mil los infectados.
Tanto los respiradores como el material donado por Francisco serán transportados por un vuelo en el que viajará también un equipo de once médicos rumanos y seis trabajadores sanitarios. Estos fueron enviados el pasado 7 de abril por el Gobierno de Bucarest al hospital de Lecco con el fin de colaborar con Italia en su momento más duro en la lucha contra el coronavirus.
España
De los 3 respiradores de Madrid se ocupará la Nunciatura Apostólica que, junto con el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de la capital española, dispondrá el destino a los hospitales más necesitados.
Actualmente, España se encuentra en estado de confinamiento hasta el 9 de mayo. Según los últimos datos oficiales, el número de infectados es de 213.024, con 22.157 fallecidos y casi 89.250 recuperados.
Italia
Los dos respiradores para el hospital de Lecce, Apulia, Italia, serán entregados hoy mismo por el propio cardenal Krajewski.
En su viaje de regreso al Vaticano, el limosnero hará una parada en Nápoles para recibir las medicinas para los pobres de Roma. “Como el ‘café pendiente’,  la archidiócesis ha promovido la medicina pendiente y para agradecer la cercanía del Papa, durante la emergencia del coronavirus se han preparado medicamentos para los pobres de Roma”, explica el purpurado.
Unos días antes de Pascua, dos ventiladores pulmonares, dispositivos médicos para médicos y enfermeras y huevos de Pascua, se enviaron desde el Estado Vaticano al hospital Cotugno de Nápoles.
En el día de su santo, el año pasado, el Papa Francisco donó, a través de la Limosnería Apostólica, las coronas del rosario hechas para la JMJ de Panamá a los jóvenes del arquidiócesis de Milán y un huevo de chocolate de 20 kilos a los pobres del comedor de Cáritas en la estación de Termini en Roma.
Felicitaciones para el Papa
A lo largo del día, el Obispo de Roma está recibiendo numerosas felicitaciones por su onomástica.
En su mensaje de Pascua, el presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, agradeció a Francisco por “las vibrantes palabras de vida y esperanza” que el Pontífice ha dirigido reiteradamente al país y expresó su felicitación por la fiesta de san Jorge, indica la misma fuente.

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miércoles, 22 de abril de 2020

El Papa dedica la catequesis al Día Mundial de la Tierra

Audiencia General En La Biblioteca Apostólica, 22 Abril 2020 © Vatican Media

Solo unidos superaremos “los desafíos globales”

(zenit – 22 abril 2020).- Hoy se celebra el 50º Día Mundial de la Tierra y en línea con la Encíclica Laudato si’, que el Papa Francisco dedicó al cuidado de nuestra Casa Común, el Santo Padre ha reflexionado en la audiencia general sobre el “compromiso que tenemos de protegerla” y que caracteriza “nuestro ‘paso por esta tierra’”.
Este 22 de abril de 2020, como ocurre recientemente cada miércoles, la Biblioteca Apostólica Vaticana ha sido el lugar donde el Papa Francisco ha celebrado la audiencia general. Acompañado por nueve obispos, ha trasladado sus palabras a los fieles que siguen la transmisión a través de medios digitales desde los diferentes países.
“Solo si estamos unidos”
En el resumen en español de su catequesis, Francisco ha destacado que la presente pandemia “nos está enseñando que solo si estamos unidos y haciéndonos cargo los unos de los otros, podremos superar los actuales desafíos globales y cumplir la voluntad de Dios, que quiere que todos sus hijos vivan en comunión y prosperidad”.
Así, ha sostenido que “no somos solo materia, sino que llevamos también el ‘aliento de vida’ que procede de Dios, y vivimos en este mundo como una única familia humana, en medio de la biodiversidad de las criaturas del Señor”.
Según el Pontífice, estamos creados a imagen y semejanza de Dios y “llamados a cuidar y respetar todas sus criaturas, pero con especial amor y compasión a nuestros hermanos, sobre todo a los más débiles, imitando el amor que Dios nos tiene y nos manifiesta en su Hijo Jesús”.
Cinco años de Laudato si’
“Por nuestra culpa –ha recordado- la tierra ha sufrido un gran deterioro, la hemos dañado y saqueado; no la hemos sabido respetar ni cuidar, tampoco a nuestros hermanos y hermanas. Hemos olvidado que somos custodios y administradores, y hemos ofendido al Padre bueno que vela sobre todas sus criaturas”.
El quinto aniversario de la publicación de la Encíclica Laudato Si’, que fue publicada el 24 de mayo de 2015, coincide este año con el 50º Día Mundial de la Tierra. Además, en 2020 se conmemora el cuarto aniversario de la firma del Acuerdo de París sobre cambio climático.
La actual pandemia de COVID-19 es un “claro recordatorio de la vulnerabilidad de los humanos y del planeta frente a amenazas de magnitud global. El daño descontrolado a nuestro medio ambiente debe ser abordado”, señala Naciones Unidas.

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