lunes, 31 de octubre de 2016

La experiencia espiritual de Lutero nos interpela y recuerda que no podemos hacer nada sin Dios, el Papa en Catedral Luterana de Lund

 
Juntos podemos anunciar y manifestar de manera concreta y con alegría la misericordia de Dios - EPA
Texto y audio completo de las palabras de Papa Francisco en la Catedral de Lund

«Permaneced en mí, y yo en vosotros» (Jn 15,4). Estas palabras, pronunciadas por Jesús en el contexto de la Última Cena, nos permiten asomarnos al corazón de Cristo poco antes de su entrega definitiva en la cruz. Podemos sentir sus latidos de amor por nosotros y su deseo de unidad para todos los que creen en él. Nos dice que él es la vid verdadera y nosotros los sarmientos; y que, como él está unido al Padre, así nosotros debemos estar unidos a él, si queremos dar fruto.
En este encuentro de oración, aquí en Lund, queremos manifestar nuestro deseo común de permanecer unidos a él para tener vida. Le pedimos: «Señor, ayúdanos con tu gracia a estar más unidos a ti para dar juntos un testimonio más eficaz de fe, esperanza y caridad». Es también un momento para dar gracias a Dios por el esfuerzo de tantos hermanos nuestros, de diferentes comunidades eclesiales, que no se resignaron a la división, sino que mantuvieron viva la esperanza de la reconciliación entre todos los que creen en el único Señor.
Católicos y luteranos hemos empezado a caminar juntos por el camino de la reconciliación. Ahora, en el contexto de la conmemoración común de la Reforma de 1517, tenemos una nueva oportunidad para acoger un camino común, que ha ido conformándose durante los últimos 50 años en el diálogo ecuménico entre la Federación Luterana Mundial y la Iglesia Católica. No podemos resignarnos a la división y al distanciamiento que la separación ha producido entre nosotros. Tenemos la oportunidad de reparar un momento crucial de nuestra historia, superando controversias y malentendidos que a menudo han impedido que nos comprendiéramos unos a otros.
Jesús nos dice que el Padre es el dueño de la vid (cf. v. 1), que la cuida y la poda para que dé más fruto (cf. v. 2). El Padre se preocupa constantemente de nuestra relación con Jesús, para ver si estamos verdaderamente unidos a él (cf. v. 4). Nos mira, y su mirada de amor nos anima a purificar nuestro pasado y a trabajar en el presente para hacer realidad ese futuro de unidad que tanto anhela.
También nosotros debemos mirar con amor y honestidad a nuestro pasado y reconocer el error y pedir perdón: solamente Dios es el juez. Se tiene que reconocer con la misma honestidad y amor que nuestra división se alejaba de la intuición originaria del pueblo de Dios, que anhela naturalmente estar unido, y ha sido perpetuada históricamente por hombres de poder de este mundo más que por la voluntad del pueblo fiel, que siempre y en todo lugar necesita estar guiado con seguridad y ternura por su Buen Pastor. Sin embargo, había una voluntad sincera por ambas partes de profesar y defender la verdadera fe, pero también somos conscientes que nos hemos encerrado en nosotros mismos por temor o prejuicios a la fe que los demás profesan con un acento y un lenguaje diferente. El Papa Juan Pablo II decía: «No podemos dejarnos guiar por el deseo de erigirnos en jueces de la historia, sino únicamente por el de comprender mejor los acontecimientos y llegar a ser portadores de la verdad» (Mensaje al cardenal Johannes Willebrands, Presidente del Secretariado para la Unidad de los cristianos, 31 octubre 1983). Dios es el dueño de la viña, que con amor inmenso la cuida y protege; dejémonos conmover por la mirada de Dios; lo único que desea es que permanezcamos como sarmientos vivos unidos a su Hijo Jesús. Con esta nueva mirada al pasado no pretendemos realizar una inviable corrección de lo que pasó, sino «contar esa historia de manera diferente» (COMISIÓN LUTERANO-CATÓLICO ROMANA SOBRE LA UNIDAD, Del conflicto a la comunión, 17 junio 2013, 16).
Jesús nos recuerda: «Sin mí no podéis hacer nada» (Jn 15,5). Él es quien nos sostiene y nos anima a buscar los modos para que la unidad sea una realidad cada vez más evidente. Sin duda la separación ha sido una fuente inmensa de sufrimientos e incomprensiones; pero también nos ha llevado a caer sinceramente en la cuenta de que sin él no podemos hacer nada, dándonos la posibilidad de entender mejor algunos aspectos de nuestra fe. Con gratitud reconocemos que la Reforma ha contribuido a dar mayor centralidad a la Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia. A través de la escucha común de la Palabra de Dios en las Escrituras, el diálogo entre la Iglesia Católica y la Federación Luterana Mundial, del que celebramos el 50 aniversario, ha dado pasos importantes. Pidamos al Señor que su Palabra nos mantenga unidos, porque ella es fuente de alimento y vida; sin su inspiración no podemos hacer nada.
La experiencia espiritual de Martín Lutero nos interpela y nos recuerda que no podemos hacer nada sin Dios. «¿Cómo puedo tener un Dios misericordioso?». Esta es la pregunta que perseguía constantemente a Lutero. En efecto, la cuestión de la justa relación con Dios es la cuestión decisiva de la vida. Como se sabe, Lutero encontró a ese Dios misericordioso en la Buena Nueva de Jesucristo encarnado, muerto y resucitado. Con el concepto de «sólo por la gracia divina», se nos recuerda que Dios tiene siempre la iniciativa y que precede cualquier respuesta humana, al mismo tiempo que busca suscitar esa respuesta. La doctrina de la justificación, por tanto, expresa la esencia de la existencia humana delante de Dios.
Jesús intercede por nosotros como mediador ante el Padre, y le pide por la unidad de sus discípulos «para que el mundo crea» (Jn 17,21). Esto es lo que nos conforta, y nos mueve a unirnos a Jesús para pedirlo con insistencia: «Danos el don de la unidad para que el mundo crea en el poder de tu misericordia». Este es el testimonio que el mundo está esperando de nosotros. Los cristianos seremos testimonio creíble de la misericordia en la medida en que el perdón, la renovación y reconciliación sean una experiencia cotidiana entre nosotros. Juntos podemos anunciar y manifestar de manera concreta y con alegría la misericordia de Dios, defendiendo y sirviendo la dignidad de cada persona. Sin este servicio al mundo y en el mundo, la fe cristiana es incompleta.
Luteranos y católicos rezamos juntos en esta Catedral y somos conscientes de que sin Dios no podemos hacer nada; pedimos su auxilio para que seamos miembros vivos unidos a él, siempre necesitados de su gracia para poder llevar juntos su Palabra al mundo, que está necesitado de su ternura y su misericordia.

Posted by Redaccion on 30 October, 2016




El Papa en el ángelus - CTV
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco, como cada domingo, se ha asomado a la ventana del estudio en el Palacio Apostólico del Vaticano, para rezar el ángelus con los fieles y los peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro.
Estas son las palabras del Santo Padre para introducir la oración mariana:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El Evangelio de hoy nos presenta un hecho sucedido en Jericó, cuando Jesús llegó a la ciudad y fue acogido por la multitud (cfr Lc 19,1-10). En Jericó vivía Zaqueo, el jefe de los “publicanos”, es decir, de los recaudadores de impuestos. Zaqueo era un colaborador rico de los odiados ocupantes romanos, un explotador de su pueblo. También él, por curiosidad, quería ver a Jesús, pero su condición de pecador público no le permitía acercarse al Maestro; aún más, era de baja estatura; por eso sube a un árbol, una higuera, en el camino por donde Jesús tenía que pasar.
Cuando llega cerca de ese árbol, Jesús levanta la mirada y le dice: Zaqueo, baja en seguida porque hoy he de quedarme en tu casa” (v. 5). ¡Podemos imaginar el estupor de Zaqueo! ¿Pero por qué Jesús dice ‘he de quedarme en tu casa’? ¿De qué deber se trata? Sabemos que su deber supremo es realizar el diseño del Padre sobre la humanidad, que se cumple en Jerusalén con su condena a muerte, la crucifixión y, al tercer día, la resurrección. Es el diseño de salvación de la misericordia del Padre. Y en este diseño está también la salvación de Zaqueo, un hombre deshonesto y despreciado por todos, y por eso necesitado de conversión. De hecho, el Evangelio dice que, cuando Jesús lo llamó, “comenzaron todos a criticar a Jesús, diciendo que había ido a quedarse en casa de un pecador” (v. 7). El pueblo ve en él un villano, que se ha enriquecido a costa del prójimo. Y si Jesús hubiera dicho “baja tú, explotador, traidor del pueblo y ven a hablar conmigo para hacer cuentas’ seguro el pueblo hubiera aplaudido. Pero aquí comenzaron a murmurar. Jesús va a su casa, el pecador, el explotador. 
Pero Jesús, guiado por la misericordia, le buscaba precisamente a él. Y cuando entra en casa de Zaqueo dice: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque este hombre también es descendiente de Abraham. Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que se había perdido” (vv. 9-10). La mirada de Jesús va más allá de los pecados y los prejuicios; y esto es importante  y debemos aprenderlo, la mirada de Jesús va más allá de los pecados y los prejuicios, ve a la persona con los ojos de Dios, que no se detiene en el mal pasado, sino que ve el bien futuro; no se resigna a la clausura, sino que se abre siempre a nuevos espacios de vida; no se detiene a las apariencias, sino que mira al corazón. Y aquí ha mirado el corazón herido de este hombre, herido del pecado, la avaricia, cosas feas que había hecho Zaqueo y mira este corazón herido y va ahí. 
A veces tratamos corregir y convertir a un pecador reprochándole, echándole en cara sus errores y su comportamiento injusto. La actitud de Jesús con Zaqueo nos indica otro camino: el de mostrar a quien se equivoca su valor, ese valor que Dios continúa viendo a pesar de todo. A pesar de todos sus errores. Esto puede provocar una sorpresa positiva, que enternece el corazón y empuja a la persona a sacar lo bueno que tiene. Es el dar confianza a las personas que le hace crecer y cambiar. Así se comporta Dios con todos nosotros: no está bloqueado por nuestro pecado, sino que lo supera con el amor y nos hace sentir la nostalgia del bien. Y esto, todos hemos sentido esta nostalgia del bien después de un error. Y así hace nuestro Padre Dios, así hace Jesús. No existe una persona que no tiene algo bueno. Esto mira Dios para sacarlo del mal. 
La Virgen María nos ayude a ver lo bueno que hay en las personas que encontramos cada día, para que todos sean animados a sacar la imagen de Dios impresa en su corazón. ¡Y así podemos alegrarnos por las sorpresas de la misericordia de Dios! Nuestro Dios, que es el Dios de las sorpresas. 

sábado, 29 de octubre de 2016

El Papa Francisco sobre su viaje a Suecia: “Voy para acercarme a mis hermanos y hermanas. La cercanía hace bien”

(RV).- “No se puede ser católico y sectario”, lo dice el Papa Francisco en una entrevista concedida a la revista de los jesuitas suecos Sigrum, junto al director de la publicación La Civiltà Cattolica, a puertas de su viaje a Suecia el próximo 31 de octubre. El Obispo de Roma habló entre otras cosas, de sus amistades con fieles luteranos ya desde joven y también en los tiempos del ministerio episcopal.
El periodista pregunta al Papa por el evento de la conmemoración ecuménica de los 500 años de la Reforma, organizada por la Federación Luterana Mundial y por el Pontificio Consejo para la promoción de la Unidad de los Cristianos, y las esperanzas que tiene. El Papa responde: “A mí me viene solo la palabra ‘acercarme’. Mi esperanza y mi espera es la de acercarme más a mis hermanos y a mis hermanas. La cercanía hace bien a todos. La distancia en cambio nos hace mal. Cuando nos alejamos, nos cerramos dentro de nosotros mismos y nos convertimos en mónadas, incapaces de encontrarnos. Tomamos miedos. Es necesario aprender a transcender para el encuentro con los demás. Si no lo hacemos, también nosotros cristianos nos enfermamos con las divisiones. Mi espera es aquella de llegar a dar un paso de acercamiento, de ser más cercano a mis hermanos y a mis hermanas que viven en Suecia”.
 A la pregunta sobre qué podría aprender la Iglesia Católica de la tradición luterana, el Papa dice “ reforma y escritura”. La primera palabra porque al comienzo lo de Lutero era un gesto de reforma en un momento difícil para la Iglesia. Lutero quería poner un remedio a una situación compleja. Después este gesto, también a causa de la situación política- se ha convertido en un estado de separación, y no en un proceso de reforma de toda la Iglesia, que en cambio es fundamental, porque la Iglesia está siempre reformada. La segunda palabra es “Escritura”, la Palabra de Dios. Lutero ha hecho un gran paso para poner la palabra de Dios en las manos de pueblo. Reforma y escritura son las dos cosas fundamentales en las que podemos profundizar de la tradición luterana.
 (MZ-RV)

jueves, 27 de octubre de 2016

Catequesis del papa Francisco en la audiencia del miércoles 26 de octubre de 2016



  El Santo Padre pide no caer en la trampa de ser indiferentes a las necesidades de los hermanos y preocuparnos solo por nuestros intereses


El papa Francisco saluda a los presentes antes de la audiencia general del miércoles 21 de septiembre 2016 (Osservatore Romano ©)
El papa Francisco saluda a los presentes antes de la audiencia general del miércoles 21 de septiembre 2016 (Osservatore Romano ©)
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco, en la audiencia general de esta semana, ha recordado que la historia de la humanidad es historia de migraciones: en todas partes, no hay pueblo que no haya conocido el fenómeno migratorio. Por eso, ha advertido de que el contexto de crisis económica favorece lamentablemente el surgir de actitudes de clausura y de no acogida. En algunas partes del mundo surgen muros y barreras. Pero cerrarse, ha precisado el Santo Padre no es una solución, es más, termina por favorecer los tráficos criminales. El único camino de solución es el de la solidaridad.
Textos de la catequesis elegidos por el blog:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!!
Proseguimos en la reflexión sobre las obras de misericordia corporal, que el Señor Jesús nos ha entregado para mantener siempre viva y dinámica nuestra fe.
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Hace algunos días sucedió una pequeña historia, una historia de ciudad. Había un refugiado que buscaba una calle, y una señora se le acercó. “¿Busca algo?” Y estaba sin zapatos este refugiado. Y él dijo: “yo quisiera ir a san Pedro para entrar por la Puerta Santa”. Y la señora pensó, no tiene zapatos. ¿Cómo va a andar? Llamó un taxi, pero el refugiado olía mal. Y el taxista casi no quería que subiera pero al final le ha permitido y la señora junto a él. La señora preguntó un poco de su historia de refugiado, de migrante. El recorrido hasta llegar aquí. Este hombre contó su historia de dolor, de guerras, de hambre, y por qué había huido de su patria para emigrar aquí.
Cuando llegaron la señora abrió el bolso para pagar y el taxista –el que al inicio no quería que este migrante subiera porque olía mal– le dijo a la señora. “No señora, soy yo que debo pagarla a usted, porque me ha hecho escuchar una historia que me ha cambiado el corazón”.
Esta señora sabía qué era el dolor de un migrante porque tenía sangre armena y conoce el sufrimiento de su pueblo. Cuando hacemos algo así, al principio rechazamos por incomodidad, huele mal. Pero al final de la historia, nos perfuma el alma y nos hace cambiar. Pensemos en esta historia y pensemos qué podemos hacer por los refugiados.
Y la otra cosa es vestir al que está desnudo. ¿Qué quiere decir si no restituir la dignidad a quien la ha perdido?  Ciertamente dando vestido a quien no tiene; pero pensemos también en las mujeres víctimas de la trata en las calles, o en los otros demasiados modos de usar el cuerpo humano como mercancía, incluso de menores. Y también así no tener un trabajo, una casa, un salario justo, o ser discriminados por la raza o por la fe. Y a todas las formas de “desnudez”, frente a las cuales como cristianos estamos llamado a estar atentos, vigilantes y preparados para actuar.
Queridos hermanos y hermanas, no caigamos en la trampa de encerrarnos en nosotros mismos, indiferentes a las necesidades de los hermanos y preocupados solo por nuestros intereses. Es precisamente en la medida en la que nos abrimos a los otros que la vida se hace fecunda, las sociedades adquieren la paz y las personas recuperan su plena dignidad. No se olviden de la señora, del migrante, del taxista.
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domingo, 23 de octubre de 2016

El Papa entregará a dos teólogos el Premio Ratzinger 2016, uno de ellos ortodoxo












Fundación Ratzinger
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Los ganadores de la edición 2016 del Premio Ratzinger son dos teólogos, el italiano Inos Biffi y el griego Ioannis Kourempeles. Es el sexto reconocimiento otorgado por la fundación vaticana a los estudiosos que se destacaron particularmente en la actividad de investigación científica de carácter teológico.
El comité científico de la fundación, compuesto por los cardenales Angelo Amato y Kurt Koch, y por el arzobispo Luis Ladaria le presentó la propuesta de los nombres de los vencedores al papa Francisco, quien los entregará en una ceremonia que se realizará el próximo 26 de noviembre en la Sala Clementina del Palacio Apostólico.
La entrega del premio marcará la clausura del VI simposio internacional “La escatología: análisis y perspectivas”, que se realizará en Roma del 24 al 26 de noviembre en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, después de los promovidos por la Fundación Ratzinger en Bydgoszcz, Río de Janeiro, Roma, Medellín y Madrid.
Durante el simposio se realizarán dos workshop: uno sobre los temas actuales de la escatología y otro sobre las perspectivas escatológicas en el judaísmo, con la participación del rabino jefe de Roma, Ricardo Segni, del de Génova, Giuseppe Momigliano y del profesor Moshe Idel, de la Hebrew University de Jerusalén .
Entre los relatores del simposio figuran los cardenales Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causa de los Santos; Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo de la Unidad de los Cristianos; y Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo de la Cultura.
Inos Biffi nació en 1934 en el norte de Italia, Lomagna, cercana a Lecco. Es profesor de teología sistemática y de historia de la teología medioeval en la Facultad de teología de Italia septentrional y en la Facultad suiza de Lugano. Además es miembro de la Pontificia Academia de Teología, y presidente del Instituto de Historia de la teología medioeval en Milán.
Ioannis Kourempeles, nació en Atenas en 1965. Estudió teología en la Facultad teológica de Salónico, Erlangen y Heidelberg. Es docente en la Facultad de Teología de la Universidad Aristóteles de Salónico. Es el primer ortodoxo que recibe el Premio Ratzinger.
En las ediciones anteriores recibieron este reconocimiento: Manlio Simonetti, Olegario González de Cardedal y Maximilian Heim en el 2011; Rémi Brague y Brian E. Daley en el 2012; Richard A. Burridge y Christian Schaller en el 2013; Anne-Marie Pelletier y Waldemar Chrostowski en el 2014; Mario de França Miranda y Nabil el-Khoury en el 2015.


Posted by Rocío Lancho García on 20 October, 2016




Castel Gandolfo pesci rossi villa Barberini hsm
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).-  El apartamento pontificio del Palacio Apostólico de Castelgandolfo, situado a unos 20 kilómetros de Roma, abrirá sus puertas al público por primera vez este sábado 22 de octubre. Se amplía así el espacio visitable de las Villas Pontificias: los jardines de Villa Barberini se pueden visitar ya desde hace dos años y la Galería de los Retratos de los Pontífices desde el año pasado. Ahora, a partir de este sábado, se añaden las habitaciones usadas por los Papas como descanso de verano. Será posible visitar el apartamento pontificio todos los días excepto el domingo y se podrá reservar la visita desde la página web de los museos vaticanos

miércoles, 19 de octubre de 2016

Catequesis del papa Francisco en la audiencia del miércoles 19 de octubre de 2016

  El  Papa recuerda que si la fe no va acompañada de las obras está completamente muerta
El papa FranciscoEl Papa Francisco en la audiencia general - Osservatore Romano
El Papa Francisco en la audiencia general - Osservatore Romano
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco, en la audiencia general, ha recordado cuántas veces los medios de comunicación nos informan de poblaciones que sufren la falta de comida y de agua, con graves consecuencias. Y frente a estas noticias e imágenes, “la opinión pública se siente tocada” y “surgen de vez en cuando campañas de ayuda para estimular la solidaridad”. Esta forma de caridad “es importante”, ha precisado, “pero quizá no nos implica directamente”. Por eso ha recordado que, sin embargo cuando caminando por la calle, nos cruzamos con una persona necesitada, o un pobre llama a la puerta de nuestra casa, “es muy diferente” porque “no estoy ya delante de una imagen, sino que nos afecta en primera persona”.

domingo, 16 de octubre de 2016

Papa en el Ángelus: "Que el ejemplo de los nuevos santos sostenga el empeño de cada uno en los ámbitos de trabajo y servicio"

Angelus de Papa Francisco durante las canonizaciones - RV
16/10/2016 11:46

(RV).- Después de haber canonizado a los 7 nuevos Santos, Papa Francisco a la hora del Ángelus del tercer domingo de octubre, se dirigió a los fieles presentes en la plaza de San Pedro y saludó a los peregrinos llegados desde diferentes países, “Al terminar esta celebración -dijo el Obispo de Roma- deseo saludar cordialmente a todos vosotros, que desde diferentes países habéis venido para rendir homenaje a los nuevos Santos. Un saludo especial va para las delegaciones de Argentina, España, Francia, Italia y México. Que el ejemplo y la intercesión de estos luminosos testimonios sostenga el compromiso de cada uno en los respectivos ámbitos de trabajo y de servicio, por el bien de la Iglesia y de la comunidad civil”.
Francisco recordó que este lunes se celebra la Jornada Mundial contra la pobreza, “Unamos nuestra fuerzas, morales y económicas, para luchar juntos contra la pobreza que degrada, ofende y asesina tantos hermanos y hermanas, poniendo en acto políticas serias para la familia y el trabajo”.
Finalmente pidió afiar a la Virgen María cada una de nuestras intenciones, "sobre todo la paz".
(MZ-RV)

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 Macri se reunió con el Papa y dijo que tuvieron "una larga charla sobre lo que pasa en la Argentina y en el mundo"

telam 15/10/2016

Por Corresponsal

La llegada de Macri al Vaticano

El presidente Mauricio Macri tuvo hoy una "buena reunión" con el papa Francisco en el Vaticano, a quien calificó como "un líder moral" y con quien tuvo "una charla larga (de una hora de duración) sobre lo que pasa en la Argentina y el mundo"; incluida la "preocupación compartida por la pobreza", tras la que el Pontífice animó al mandatario a seguir "adelante".

Eran las 10.30 en el Vaticano (5.30 de Argentina) cuando el Presidente descendió del auto que minutos antes lo había trasladado desde el hotel De Russie hasta la entrada del Perugino, sobre la Via della Stazione Vaticana, y el Papa ya lo estaba esperando en el Aula Paulo VI.

El encuentro comenzó con un saludo cordial en la puerta de acceso y la invitación a pasar al lugar de la reunión. Cada uno se sentó a cada lado del escritorio de la sobria habitación en la que durante casi una hora Macri pudo escuchar las opiniones del Pontífice e intercambiaron puntos de vista sobre la agenda nacional e internacional.

En el segundo encuentro entre ambos en el año, y el cuarto desde que Francisco es Papa, tuvieron "una larga charla sobre lo que pasa en la Argentina y lo que está pasando en el mundo. Compartimos las preocupaciones como dos personas que hablan por teléfono e intercambian visiones", apuntó Macri.



"Siempre es positivo encontrarse con él y confirmar que para mí, siempre fue un líder moral", repasó Macri en la conferencia de prensa que diera luego en la embajada argentina ante la Santa Sede.

De hecho, el embajador ante el Vaticano, Rogelio Pfirter, fue el único miembro de la delegación que entró a la reunión cuando Macri y el Pontífice pasaron del estudio privado de la sala contigua.

Allí esperaba la "familia ampliada" del mandatario: su esposa Juliana Awada, la hija de ambos Antonia; la hija mayor de Macri, Agustina, y Valentina, la hija del matrimonio anterior de la Primera Dama.

Todas posaron junto a Macri y al Papa para la foto que tomó el fotógrafo de L'Osservatore Romano, el diario oficial del Vaticano.
El presidente reveló que su hija menor, Antonia, "llevó una lista de preguntas" entre las que estaban "si él tenía papá, si dormía así vestido y que comía".

"Vine con una agenda de temas que quería compartir. Traje un montón de información sobre lo que hicimos estos meses, de las percepciones que tengo y quería saber sus opiniones. Fue muy útil", agregó Macri.

El Presidente, además, contó que le llevó al Papa "los planos de las obras que estamos realizando en el país, pero Francisco se reveló como un ingeniero, ya que preguntaba con precisión sobre los detalles, de obras como la Hidrovía y el Pan Belgrano", por ejemplo".

La reunión tuvo pasajes con temas tanto nacionales como internacionales, de la lucha contra la pobreza y el narcotráfico en el país hasta la paz en el mundo y el cambio climático.

La pobreza

"Fue una buena reunión, como estimo que siempre hemos tenido dos personas que nos conocemos hace mucho tiempo. Hablamos de los indicadores de pobreza en la Argentina, “una verdad compartida, aceptada ahora con los números del Indec, y que nos convoca a una tarea enorme en la que no tenemos que perder un segundo”, aseveró Macri.

En ese marco, durante la reunión que fue bien recibida en toda la comitiva de Gobierno, el papa Francisco elogió “fuertemente” la tarea que vienen desarrollando la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, y la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal.


“Hablamos de la preocupación compartida sobre la pobreza y la necesidad de generar trabajo, educación, capacitación, y de volver a convocar a todos a la cultura del encuentro. Le mostré la enorme asistencia social que desplegamos en 10 meses, aumentando lo que había, y coincidimos en que el asistencialismo debe ser transitorio porque, sino, condena a mucha gente a la frustración”, explicó el Presidente.

En ese marco, el Papa “elogió fuertemente” la labor de Stanley y Vidal, a las que catalogó como “dos personas muy al tanto de la pobreza y las necesidades de la gente”.

El narcotráfico

También la batalla contra el narcotráfico estuvo en la agenda. "Me reiteró que es una batalla en la que no hay que ceder y que la frontera es el primer paso", afirmó Macri en diálogo con la prensa.

Además de la realidad argentina, los dos jefes de Estado tocaron las preocupaciones comunes por el mundo, entre ellas "la agenda por la paz", frente a la que el Pontífice transmitió su "preocupación". Fue un capítulo aparte el tema Colombia, al que Macri calificó como "el conflicto que se siente más cercano para los argentinos" y para el que tanto él como Francisco esperan "un proceso de paz consolidado".

El cambio climático

También formó parte de la agenda la preocupación común por el cambio climático, por lo que el Presidente narró el éxito de las últimas licitaciones para avanzar en la instalación de energías renovables en el país y el Pontífice comentó que tanto el Aula Paulo VI, como la residencia de Santa Marta, tienen energía solar.

Por otra parte Macri explicó que "le pedí que me haga un comentario final y me dijo: 'Fuerza y para adelante'".

El encuentro, largamente preparado, incluyó un regalo del mandatario "en línea con la agenda internacional de Francisco", como lo explicaban en la delegación: una estatua hecha con materiales de descartes ferroviarios, realizado por el artista Alejandro Marmo, cercano a Bergoglio, que simboliza la importancia del diálogo interreligioso, con una cruz, una estrella de David y dos medialunas islámicas.

Por último, Macri detalló que le pidió al Pontífice que Dios lo "ilumine" para poder llevar "a los argentinos por el camino correcto", a lo que Francisco le respondió con un alentador: 'Fuerza y para adelante'".

jueves, 13 de octubre de 2016

El Papa asegura que ‘el proselitismo es el veneno más fuerte contra el camino ecuménico’




Posted by Rocío Lancho García on 13 October, 2016




El Papa en el Aula Pablo VI - © Osservatore Romano
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- “Lo que nos une es mucho más que lo que nos divide”. Por eso “podemos continuar con confianza nuestro camino ecuménico, porque sabemos que, más allá de muchas cuestiones abiertas que todavía nos separan, ya estamos unidos”. Así lo ha indicado el papa Francisco esta mañana, en el encuentro con unos mil participantes de un peregrinación ecuménica de luteranos, que ha viajado desde la región de Lutero en Alemania y ha terminado en Roma.

Después de su discurso, el Santo Padre ha respondido a algunas inquietudes que le han planteados algunos de los presentes. “El proselitismo es el veneno más fuerte contra el camino ecuménico”, ha asegurado el Papa ante la pregunta sobre qué hacer para convencer a los que no tienen fe. “La última cosa que tienes que hacer es ‘decir’. Tú debes vivir como cristiano elegido, perdonado y en camino. No es lícito convencer de tu fe”, ha explicado. Al mismo tiempo ha aconsejado “preparar la tierra para el Espíritu Santo, el que trabaja en los corazones. Él debe decir, no tú”.

Los “grandes reformadores de nuestras Iglesias” son los santos, ha respondido el Papa a otra pregunta. Son “los hombres y las mujeres que siguen la palabra de Dios y la practican”. Quizá no son teólogos –ha precisado– pero son gente humilde con el alma inundada de Evangelio.
Finalmente, un estudiante de teología le ha preguntado al Pontífice qué le gusta y qué no le gusta de los luteranos. “Me gustan los luteranos buenos, los que siguen la fe de Jesucristo. No me gustan los católicos tibios y los luteranos tibios”, ha asegurado. De este modo, ha recordado que “no se puede ser cristiano sin practicar las bienaventuranza, sin hacer lo que Jesús nos enseña en Mateo 25”.

Además, ha querido subrayar una contradicción, de los que quieren defender el cristianismo en occidente y por otro lado están contra los refugiados y las otras religiones. Es hipócrita –ha concluido– decirse cristiano y expulsar a un refugiado, un hambriento, uno que necesita ayuda. “Si yo me digo cristiano y hago estas cosas, soy un hipócrita”.
El testimonio que el mundo se espera de nosotros –ha señalado el Papa en su discurso leído al inicio del encuentro– es sobre todo el de hacer visible la misericordia que Dios tiene con nosotros a través del servicio a los más pobres, a los enfermos, a quien ha abandonado la propia tierra para buscar un futuro mejor para sí y para sus seres queridos. “Al ponernos al servicio de los más necesitados experimentamos estar ya unidos: es la misericordiosa de Dios la que nos une”. 

El Santo Padre ha querido dar gracias a Dios porque luteranos y católicos, “estamos caminando en el camino que va del conflicto a la comunión”. Tal y como ha recordado el Papa, se ha recorrido ya “una parte importante del camino”. Y a lo largo de este camino se han encontrado sentimientos contrastados: “dolor por la división que todavía existe”, pero también “alegría por la fraternidad ya encontrada”.
La presencia numerosa y entusiasta de este peregrinación –ha observado el Papa– es un signo evidente de esta fraternidad, y llena de esperanza de que se pueda continuar creciendo en la recíproca comprensión. Asimismo, ha recordado que a finales de este mes viajará a Lund, Suecia, y junto con la Federación Luterana Mundial recordarán, después de cinco siglos, el inicio de la reforma de Lutero y darán “gracias al Señor por cincuenta años de diálogo oficial entre luteranos y católicos”. 

Del mismo modo, el Papa ha explicado que parte esencial de esta conmemoración será “dirigir nuestra mirada hacia el futuro” para dar un testimonio cristiano común al mundo de hoy, que “tanta sed tiene de Dios y de su misericordia”.
Finalmente, el Pontífice ha invitado a los jóvenes a ser “testigos de misericordia”. Por eso les ha pedido que mientras los teólogos llevan adelante el diálogo en el campo doctrinal, ellos continúen buscando “con insistencia” ocasiones para encontrarse, conocerse mejor, rezar juntos y ofrecer su ayuda los unos a los otros y a todos los que lo necesitan. Y así, libres de todo prejuicio y fiándose solo del Evangelio de Jesucristo que anuncia la paz y la reconciliación, serán “verdaderos protagonistas de una nueva estación de este camino, que, con la ayuda de Dios, conducirá a la plena comunión”.

miércoles, 12 de octubre de 2016

Texto completo de la catequesis del papa Francisco en la audiencia del miércoles 12 de octubre de 2016

El Santo Padre asegura que reconocer el rostro de Jesús en el de quien está en la necesidad es un verdadero desafío hacia la indiferencia
Audiencia general - CTV
Audiencia general - CTV
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).-

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
En las catequesis precedentes nos hemos adentrado poco a poco en el gran misterio de la misericordia de Dios. Hemos meditado sobre el actuar del Padre en el Antiguo Testamento y después, a través de los pasajes evangélicos, hemos visto cómo Jesús, en sus palabras y en sus gestos, es encarnación de la Misericordia. Él, a su vez, ha enseñado a sus discípulos: “Sed misericordiosos como el Padre” (Lc 6,36). Es un compromiso que interpela la conciencia y la acción de cada cristiano. De hecho, no basta con experimentar la misericordia de Dios en la propia vida; es necesario que quien la recibe se convierta también en signo e instrumento para los otros. La misericordia, además, no está reservada solo a los momentos particulares, sino que abraza toda nuestra existencia cotidiana. 


Entonces, ¿cómo podemos ser testigos de la misericordia? No pensemos que se trata de cumplir grandes esfuerzos o gestos sobrehumanos. No, no es así. El Señor nos indica un camino mucho más sencillo, hecho de pequeños gestos pero que a sus ojos tienen un gran valor, a tal punto que nos ha dicho que seremos juzgados por los gestos. De hecho, una de las páginas más bonitas del Evangelio de Mateo nos lleva a la enseñanza que podemos considerar de alguna manera como el “testamento de Jesús” por parte del evangelista, que experimentó directamente en sí la acción de la Misericordia.
Jesús dice que cada vez que damos de comer a quien tiene hambre y de beber a quien tiene sed, que vestimos a una persona desnuda y acogemos a un forastero, que visitamos a un enfermo a un preso, lo hacemos a Él  (cfr Mt 25,31-46). La Iglesia ha llamado estos gestos “obras de misericordia corporal” porque socorren a las personas en sus necesidades materiales. 


Hay también otras siete obras de misericordia llamadas “espirituales”, que se refieren a otras exigencias humanas importantes, sobre todo hoy, porque tocan la intimidad de las personas y a menudo hacen sufrir más.
Todos seguramente recordamos una que ha entrado en el lenguaje común: “soportar con paciencia a las personas molestas”. Y las hay, hay personas molestas. Podría parecer algo poco importante, que nos hace reír, sin embargo contiene un sentimiento de profunda caridad; y así es también para los otros seis, que nos viene bien recordar: dar buen consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, perdonar al que nos ofende, consolar al triste, corregir al que se equivoca, rezar a Dios por los vivos y por los difuntos.
 Son cosas de todos los días, ‘pero yo estoy dolido, Dios te ayudará, no tengo tiempo’. No. Me paro, escucho, pierdo el tiempo y consuelo. Ese es un gesto de misericordia. Y esto no se hace solo a él, se hace a Jesús.


  En las próximas catequesis nos detendremos en estas obras, que la Iglesia nos presenta como el modelo concreto para vivir la misericordia. A lo largo de los siglos, muchas personas sencillas las han puesto en práctica, dando así genuino testimonio de la fe.
La Iglesia, por otra parte, fiel a su Señor, nutre un amor preferencial por los más débiles. A menudo son las personas más cercanas a nosotros las que necesitan ayuda. No tenemos que ir a la búsqueda de quién sabe qué asuntos. Es mejor iniciar por los más sencillos, que el Señor nos indica como los más urgentes.
En un mundo lamentablemente golpeado por el virus de la indiferencia, las obras de misericordia son el mejor antídoto. Nos educan, de hecho, a la atención hacia las exigencias más elementales de nuestros “hermanos más pequeños” (Mt 25,40), en los que está presente Jesús. Siempre Jesús está presente ahí donde hay una necesidad, una persona que tiene una necesidad, sea material o espiritual, ahí está Jesús.


Reconocer su rostro en el de quien está en la necesidad es un verdadero desafío hacia la indiferencia. Nos permite estar siempre vigilantes, evitando que Cristo nos pase al lado sin que lo reconozcamos. Vuelve a la mente la frase de san Agustín: “Timeo Iesum transeuntem” (Serm., 88, 14, 13). Tengo miedo de que el Señor pase y yo no lo reconozca. Que el Señor pase delante de mí en una de estas personas pequeñas, necesitadas, y yo no me dé cuenta de que es Jesús. Tengo miedo de que el Señor pase y yo no lo reconozca.
Me he preguntado por qué san Agustín ha dicho de de temer el paso de Jesús. La respuesta, lamentablemente, está en nuestros comportamientos: porque a menudo estamos distraídos, somos indiferentes, y cuando el Señor pasa cerca de nosotros perdemos la ocasión de encuentro con Él.
Las obras de misericordia despiertan en nosotros la exigencia y la capacidad de hacer viva y operante la fe con la caridad. Estoy convencido de que a través de estos gestos sencillos cotidianos nosotros podemos cumplir una verdadera revolución cultural, como ha ocurrido en el pasado. Si cada uno de nosotros, cada día, hace una de estas, esto será una revolución en el mundo, pero todos, cada uno de nosotros. 


¡Cuántos santos son recordados todavía hoy no por las grandes obras que han realizado sino por la caridad que han sabido transmitir! Pensemos en Madre Teresa, canonizada hace poco: no la recordamos por las muchas casas que ha abierto en el mundo, sino porque se arrodillaba ante cada personas que encontraba en el camino para restituirle la dignidad.
¡Cuántos niños abandonados ha tenido entre sus brazos! ¡Cuántos moribundos ha acompañado al umbral de la eternidad dándoles la mano! Estas obras de misericordia son los rasgos del Rostro de Jesucristo que cuida a sus hermanos más pequeños para llevar a cada uno la ternura y la cercanía de Dios. Que el Espíritu Santo nos ayude, que el Espíritu Santo encienda en nosotros el deseo de vivir con este estilo de vida. Al menos hacer una cada día, al menos. Aprendamos de nuevo de memoria las obras de misericordia corporal y espiritual y pidamos al Señor que nos ayude a ponerlas en práctica cada día en el momento en el que vemos a Jesús en una persona que está necesitada.

domingo, 9 de octubre de 2016

El Santo Padre anuncia un consistorio y creará 17 nuevos cardenales


Posted by Redaccion on 9 October, 2016




Consistorio en el Palacio Apostólico (Osservatore © Romano)
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco anunció este domingo después de la oración del ángelus que rezó en la Plaza de San Pedro, la convocación de un consistorio en el cual creará 17 nuevos cardenales, de los cuales 13 electores.
“Tengo la alegría de anunciar –señalo el papa Francisco en el día del Jubileo Mariano– que el sábado 19 de noviembre, en la vigilia de la clausura de la Puerta Santa de la Misericordia, tendré un consistorio para nombrar a 13 nuevos cardenales de los 5 continentes. Son originarios de 11 naciones expresa la universalidad de la Iglesia, que anuncia y da testimonio de la Buena Noticia de la misericordia de Dios en cada rincón de la tierra”.
La inserción de los nuevos cardenales en la diócesis de Roma, además manifiesta la relación inextinguible entre la Sede de Pedro y las Iglesias particulares difundidas por el mundo, explicó Francisco.
Y el Pontífice añadió otro particular: “El domingo 20 de noviembre, solemnidad de Cristo Rey, como conclusión del Año Santo de la Misericordia, celebraré la santa misa con los nuevos cardenales, con el Colegio de Cardenales, con los arzobispos, obispos y presbíteros”.
El Papa leyó a continuación los nombres de los cardenales:
1- Mons. Mario Zenari, que permanece nuncio apostólico en la martirizada Siria (italiano).
2- Mons. Dieudonné Nzapalainga, C.S.Sp., arzobispo de Bangui (República Centoafricana).
3- Mons. Carlos Osoro Sierra, arzobispo de Madrid (España).
4- Mons. Sergio da Rocha, arzobispo de Brasilia (Brasil).
5- Mons. Blase J. Cupich, arzobispo de Chicago (EE.UU).
6- Mons. Patrick D’Rozario, C.S.C., arzobispo de Dhaka (Bangladesh).
7- Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo, arzobispo de Mérida (Venezuela).
8- Mons. Jozef De Kesel, arzobispo di Malines-Bruxelles (Bélgica).
9- Mons. Maurice Piat, arzobispo di Port-Louis (Islas Mauricio).
10- Mons. Kevin Joseph Farrell, prefecto del dicasterio para Laicos, familia y vida (EE.UU)
11- Mons. Carlos Aguiar Retes, arzobispo de Tlalnepantla (México).
12- Mons. John Ribat, M.S.C., arzobispo de Port Moresby (Papua Nueva Guinea).
13- Mons. Joseph William Tobin, C.SS.R., arzobispo de Indianapolis (EE.UU).
El Papa señalo además, que a los miembros del Colegio Cardenalicio unirá dos arzobispos y un obispo emérito que se distinguieron en su servicio pastoral y a un presbítero que ha dado claro testimonio cristiano.
“Estos representan –aseguró el Pontífice– a tantos obispos y sacerdotes que en toda la Iglesia edifican al pueblo de Dios, anunciando el amor misericordioso del Señor, cuidando diariamente el rebaño del Señor y en la confesión de la fe”.
Ellos son:
1- Mons. Anthony Soter Fernández, arzobispo emérito de Kuala Lumpur (Malasia)
2- Mons. Renato Corti, arzobispo emérito de Novara (Italia)
3- Mons. Sebastian Koto Khoarai, O.M.I, obispo emérito de Mohale’s Hoek (Lesotho)
4- Reverendo Ernest Simoni, presbitero de la arquidiócesis de Shkodrë-Pult (Scutari – Albania).
El Santo Padre concluyó con una invitación: “Recemos por los nuevos cardenales, para que confirmando su adhesión a Cristo, sumo sacerdote misericordioso y fiel, me ayuden en mi ministerio como obispo de Roma y como “principio y fundamento perpetuo y visible de la unidad de la fe y de la comunión”.

miércoles, 5 de octubre de 2016

Texto completo de la catequesis del papa Francisco en la audiencia del miércoles 5 de octubre de 2016


El Santo Padre destaca de Georgia la relación con los ortodoxos y de Azerbaiyán el encuentro con los representantes de otras religiones
El Papa en la audiencia del 5 de oct de 2016 (Oss. Romano ©)
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha dedicado la catequesis de la audiencia general para reflexionar sobre su reciente viaje apostólico a Georgia y Azerbaiyán y ha subrayado la importancia del mismo desde el punto de vista ecuménico y interreligioso.
Publicamos a continuación el texto completo de la catequesis

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El fin de semana pasado realicé un viaje apostólico a Georgia y Azerbaiyán. Doy gracias al Señor que me lo ha concedido y renuevo la expresión de mi reconocimiento a las Autoridades civiles y religiosas de estos dos países, en particular al patriarca de toda la Georgia, Elías II, su testimonio me ha hecho bien al corazón y al alma, y al jefe de los musulmanes del Cáucaso. Un gracias fraterno a los obispos, a los sacerdotes, a los religiosos y a todos los fieles que me han hecho sentir su caluroso afecto.


Este viaje ha sido la continuación y el cumplimiento del efectuado en Armenia, en el mes de junio. De tal forma, he podido –gracias a Dios– realizar el proyecto de visitar los tres países caucásicos, para confirmar a la Iglesia católica que vive en ellos y para animar el camino de esa población hacia la paz y la fraternidad. Lo evidenciaban también los dos lemas de este viaje: para Georgia “Pax vobis” y para Azerbaiyán “Todos somos hermanos”.
Ambos países tienen raíces históricas, culturales y religiosas muy antiguas, pero al mismo tiempo están viviendo una fase nueva: de hecho, los dos celebran en este año el 25º aniversario de su independencia, habiendo vivido durante buena parte del siglo XX bajo el régimen soviético. Y en esta fase encuentran varias dificultades en los distintos ámbitos de la vida social.


La Iglesia católica está llamada a estar presente, a estar cerca, especialmente en el signo de la caridad y de la promoción humana; y trata de hacerlo en comunión con las otras Iglesias y comunidades cristianas y en diálogo con otras comunidades religiosas, en la certeza de que Dios es Padre de todos y nosotros somos hermanos y hermanas.
En Georgia esta misión pasa naturalmente a través de la colaboración con los hermanos ortodoxos, que forman la gran mayoría de la población. Por eso ha sido un signo importante el hecho de que cuando llegué a Tiflis, para recibirme en el aeropuerto estaba, junto con el presidente de la república, también el venerado patriarca Elías II.




El encuentro con él por la tarde fue conmovedor, como también lo fue al día siguiente la visita a la catedral patriarcal, donde se venera la reliquia de la túnica de Cristo, símbolo de la unidad de la Iglesia. Esta unidad se corrobora en la sangre de los muchos mártires de las diferentes confesiones cristianas. Entre las comunidades más probadas está la asiro-caldea, con la que ha vivido a Tiflis un momento intenso de oración por la paz en Siria, en Irak y en todo Oriente Medio. 


La misa con los fieles católicos de Georgia –latinos, armenios y asiro-caldeos– fue celebrada en la memoria de santa Teresa del Niño Jesús, patrona de las misiones: ella nos recuerda que la verdadera misión no es nunca proselitismo, sino atracción a Cristo a partir de la fuerte unión con Él en la oración, en la adoración y en la caridad concreta, que es servicio a Jesús presente en el más pequeño de los hermanos. Es lo que hacen los religiosos y las religiosas con los que me reuní en Tiflis, como después también en Bakú: lo hacen con la oración y con las obras caritativas y promocionales. Les he animado a estar firmes en la fe, con memoria, ánimo y esperanza. Y después hay familias cristianas: ¡qué preciosa es su presencia, acogida, acompañamiento, discernimiento e integración en la comunidad!


Este estilo de presencia evangélica como semilla del Reino de Dios es, si es posible, todavía más necesario en Azerbaiyán, donde la mayoría de la población es musulmana y los católicos son unos pocos cientos, pero gracias a Dios tienen buenas relaciones con todos, en particular mantienen vínculos fraternos con los cristianos ortodoxos.
Por eso en Bakú, capital de Azerbaiyán, hemos vivido dos momentos que la fe sabe tener en la justa relación: la eucaristía y el encuentro interreligioso. La eucaristía con la pequeña comunidad católica, donde el Espíritu armoniza las diferentes lenguas y dona la fuerza del testimonio; y esta comunión en Cristo no impide, es más, empuja a buscar el encuentro y el diálogo con todos aquellos que creen en Dios, para construir juntos un mundo más justo y fraterno. 


En tal perspectiva, dirigiéndome a las autoridades azeríes, he deseado que las cuestiones abiertas puedan encontrar buenas soluciones y todas las poblaciones caucásicas vivan en la paz y en el respeto recíproco.
Dios bendiga Armenia, Georgia y Azerbaiyán, y acompañe el camino de su pueblo santo peregrino en estos países.