domingo, 9 de julio de 2017

Palabras del Papa Francisco en el ángelus del domingo 9 de julio de 2017: “Jesús dice a todos ¡ánimo, ven a mí!”



Texto completo de las palabras del Papa antes del rezo del Ángelus
«Queridos hermanos y hermanas ¡buenos días!
En el Evangelio de hoy, Jesús dice: «Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso» (Mt 11, 28). El Señor no reserva esa frase a alguno de sus amigos, no. La dirige a ‘todos’ aquellos que están cansados y agobiados por la vida. Y ¿quién puede sentirse excluido de esta invitación? El Señor sabe cuán pesada puede ser la vida. Sabe que muchas cosas fatigan el corazón: desilusiones y heridas del pasado, cargas que hay que llevar y perjuicios que hay que soportar en el presente, incertidumbres y preocupaciones para el futuro.

Ante todo ello, la primera palabra de Jesús es una invitación; una invitación a moverse y reaccionar: ‘Vengan’. La equivocación, cuando las cosas van mal, es la de permanecer allí donde se está. Parece evidente, pero ¡qué difícil es reaccionar y abrirse! No es fácil. En los momentos oscuros es natural estar consigo mismo, rumiar sobre cuán injusta es la vida, sobre cuán ingratos son los demás y qué malo es el mundo, y otras cosas así… Todos lo sabemos. Algunas veces hemos sufrido esta experiencia fea, pero así, ensimismados en nosotros mismos, vemos todo negro. Entonces se llega incluso a familiarizar con la tristeza, que se arraiga, aquella tristeza nos postra.

 Qué cosa fea es esta tristeza. En vez, Jesús quiere sacarnos de esas ‘tierras movedizas’ y por ello le dice a cada uno: ‘¡Ven!’ – ¿Quién? ¡Tú, tú, tú! El camino para salir está en la relación, en el tender la mano y levantar la mirada hacia quien nos ama de verdad.
En efecto, salir de sí mismo no basta, hay que saber dónde ir. Porque tantas metas son ilusorias: prometen alivio y distraen solamente un poco, aseguran paz y dan diversión, dejando luego en la soledad de antes, son ‘fuegos artificiales’. Por ello, Jesús indica dónde ir: ‘Vengan a mí’, así dice Jesús.

Tantas veces ante un peso de la vida o ante una situación que nos aflige, intentamos hablar con alguien que nos escuche, con un amigo, con un experto… Es un gran bien, ¡pero no olvidemos a Jesús! No nos olvidemos de abrirnos a Él y de contarle nuestra vida, de encomendarle a las personas y las situaciones. Quizá haya ‘zonas’ de nuestra vida que nunca le abrimos a Él y que han permanecido oscuras, porque nunca han visto la luz del Señor. Cada uno de nosotros tiene su propia historia. Y si alguien tiene esta zona oscura, busquen a Jesús, vayan adonde un misionero de la misericordia, vayan a donde un sacerdote, vayan… Pero vayan a Jesús y cuéntenle eso a Jesús.

Hoy, él nos dice a cada uno: ¡Ánimo, no te rindas ante los pesos de la vida, no te encierres ante los miedos y los pecados, sino ven a mí!’
Él nos espera, nos espera siempre, no para resolvernos mágicamente los problemas, sino para fortalecernos en nuestros problemas. Jesús no nos quita los pesos de la vida, sino la angustia del corazón; no nos quita la cruz, sino que la lleva con nosotros. Y, con Él, todo peso se vuelve ligero (Cfr 30), porque Él es el descanso que buscamos. Cuando en la vida entra Jesús, llega la paz, aquella que permanece aún en las pruebas, en los sufrimientos. Vayamos a Jesús, démosle nuestro tiempo, encontrémoslo cada día en la oración, en un diálogo confiado y personal; familiaricemos con su Palabra, redescubramos sin miedo su perdón, saciémonos con su Pan de vida: nos sentiremos amados y nos sentiremos consolados por Él.

Es Él mismo el que nos lo pide, casi insistiendo. Lo repite nuevamente al final del Evangelio de hoy: ‘Aprendan de mí… y encontrarán descanso para vuestra vida» (29). Aprendamos a ir a Jesús y, mientras, en los meses de verano buscamos un poco de reposo de lo que fatiga el cuerpo, no olvidemos encontrar el descanso verdadero en el Señor. Que nos ayude en esto la Virgen María nuestra Madre, que siempre nos cuida cuando estamos cansados y oprimidos y nos acompaña a Jesús»

(Traducción del italiano: Cecilia de Malak)

El Papa recibe a Scalfari que confiesa: “Tengo el rostro mojado con lágrimas de conmoción”

Artículo del diario La República en la que su fundador que se define ‘no creyente’, cuenta el coloquio que tuvo con el Santo Padre

(ZENIT – Roma, 8 Jul. 2017).- El papa Francisco recibió este viernes en visita privada Eugenio Scalfari, fundador del diario La Repubblica, que hoy sábado publica un artículo en el cual además de las preocupaciones del Santo Padre sobre el G20, deja ver la relación de amistad que el sucesor de Pedro tejió con un no creyente como él, quien escribe que el tema principal de la conversación fue “Dios único, creador único de nuestro planeta y del Universo entero”.

Scalfari señala que “el Papa sabe naturalmente que no soy un creyente, pero que aprecio mucho la predicación de Jesús de Nazaret”. Y que “sobre este punto nació nuestra amistad”, y es “el motivo que volvió tan perfecta e insólita la amistad entre el jefe de la Iglesia y un no creyente”.
La conversación aborda muchos temas –contados por Scalfari de memoria– en los que se habla entre otros de la Ética de Spinoza y su excomunión, de Pascal y si merecería ser beatificado, y de la sinodalidad de la Iglesia.

El fundador del diario Repubblica, 15 años más anciano que Francisco, deja la residencia Santa Marta y cuenta que el Santo Padre lo acompaña hasta el auto y se preocupa por él hasta que allí está debidamente sentado. Scalfari concluye confesando: “tengo el rostro mojado por lágrimas de conmoción”.

Sobre el G20 que concluye hoy en Hamburgo
Sobre el G20 el Santo Padre le indica –señala Scalfari citando de memoria– su temor de “las alianzas muy peligrosas entre potencias que tienen una visión tergiversada del mundo: Estados Unidos y Rusia, China y Corea del Norte, Putin y Asad en la guerra de Siria”.
“El peligro concierne a la migración. Nuestro problema principal y desgraciadamente cada vez mayor en el mundo de hoy es el de los pobres, los débiles, los excluidos, de los que los migrantes forman parte“, y señaló a los países que “tienen pocos pobres locales y temen la invasión de los migrantes”.
Consideró que cada vez más Europa, el continente “más rico del mundo”, va a atraer a las poblaciones pobres seguirán llegando a sus puertas.

En cambio este viernes el Papa envió una carta a la canciller alemana Angela Merkel, deseando que el G20 pongan en el centro el problema de las migraciones y refugiados. En particular “la trágica situación en Sudán del Sur, en el lago Chad, en el Cuerno de África y en Yemen, donde 30 millones de personas no tienen nada para comer y necesitan agua para sobrevivir”.

Leer también el texto de la carta del Santo Padre al G20:  El Papa al G20 pide ‘prioridad absoluta’ para los refugiados y situaciones de pobreza

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