domingo, 6 de noviembre de 2022

Difundan la alegría del Evangelio, alentó el Papa a los católicos de Bahréin

 

6 DE NOVIEMBRE, 2022

  • AWALI (REINO DE BAHRÉIN) (AICA)
Antes de despedirse de Bahréin, Francisco exhortó a los consagrados a dejar fluir los dones del Espíritu Santo, que es fuente de alegría, de unidad y de profecía. El Papa durante el encuentro con los consagrados y agentes pastorales de Bahréin (VaticanMedia)

El papa Francisco concluyó su visita apostólica al Reino de Bahréin con un encuentro de oración y rezo de la oración mariana del Ángelus con los obispos, sacerdotes, seminaristas y agentes pastorales en la Iglesia del Sagrado Corazón en Manama

Una comunidad cristiana con carácter “católico”, es decir, universal, porque está formada por personas que vienen de diversas regiones del mundo. Todos pertenecen al vicariato apostólico de Arabia del Norte, donde hay unos 60 sacerdotes y más de 1.300 catequistas que trabajan entre los cerca de 2 millones de católicos presentes en Bahrein, Kuwait, Qatar y Arabia Saudita.

De ahí que el pontífice insista en recordarles que el primer testimonio es la unidad: “¡Tratemos de ser custodios y constructores de unidad! Para ser creíbles en el diálogo con los demás, vivamos la fraternidad entre nosotros”, pidió Francisco a los consagrados y los alentó a empezar a hacerlo en las comunidades, casas religiosas, familias sociedad: "Estemos siempre abiertos al diálogo”, exhortó.

El Santo Padre llegó en silla de ruedas hasta el presbiterio de esta pequeña iglesia abarrotada, donde fue recibido con cantos populares y escuchó las palabras de bienvenida del administrador apostólico de Arabia del Norte, monseñor Paul Hinder y de una laica y una religiosa. 

En su último discurso del viaje Francisco quiso mostrar su cercanía a todos los pueblos de Medio Oriente que sufren. “Es hermoso pertenecer a una Iglesia formada de historias y rostros diversos que encuentran armonía en el único rostro de Jesús”, aseguró.

El Papa explicó a continuación que la Iglesia “nace del costado abierto de Cristo, de un baño de regeneración en el Espíritu Santo”. 

En esta línea, habló de “tres grandes dones” que el Espíritu Santo nos da y nos pide que acojamos y vivamos: la alegría, la unidad y la profecía. 

Fuente de alegría
Por una parte, “el Espíritu es fuente de alegría”. Tras explicar que “la alegría del Espíritu no es un estado ocasional o una emoción del momento”, ha indicado que nace de la relación con Dios, “de saber que, aun en las dificultades y en las noches oscuras no estamos solos, perdidos o derrotados, porque Él está con nosotros”.

Así, les ha pedido a todos los asistentes que ya viven esa alegría en comunidad: “Consérvenla, más aún, multiplíquenla. ¿Y saben la mejor manera? Dándola”. De esta forma explicó que es necesario que la alegría no decaiga en las comunidades cristianas: “que no nos limitemos a repetir gestos por rutina, sin entusiasmo, sin creatividad”.

“Es importante que, además de la liturgia, particularmente en la celebración de la misa, fuente y cumbre de la vida cristiana, hagamos circular la alegría del Evangelio también a través de una acción pastoral dinámica, especialmente para los jóvenes, las familias y las vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa”, indicó. 

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