domingo, 3 de junio de 2018

La lógica eucarística es nutrirnos de Cristo para darlo a los demás

El Papa a la hora del Ángelus El Papa a la hora del Ángelus saluda a los fieles  (ANSA)

La presencia de Cristo Eucaristía es un fuego que quema en nosotros las actitudes egoístas, nos purifica de la tendencia a dar sólo cuando hemos recibido, y enciende el deseo de hacernos, también nosotros, en unión con Jesús, pan partido y sangre derramada por los hermanos, aseguró el Santo Padre
Griselda Mutual - Ciudad del Vaticano
En  la Solemnidad del Corpus Christi, celebrada hoy en Italia y en muchos países, el Papa Francisco se asomó a la ventana del Palacio Apostólico Vaticano para rezar junto con los fieles presentes en la plaza de san Pedro la Oración mariana del Ángelus dominical.

El testamento de Amor de Cristo

En la alocución previa, comentando el Evangelio que la liturgia del día nos propone en esta Solemnidad, el Romano Pontífice habló de la fuerza del testamento de amor dejado por Jesucristo nuestro Señor, tal como el evangelista Marcos lo narra al escribir las palabras del Maestro en la Última Cena: «Tomen, esto es mi Cuerpo». [...]«Esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos. »(Mc 14,22.24.
“Precisamente en la fuerza de ese testamento de amor – dijo el Papa -  la comunidad cristiana se reúne todos los domingos, y cada día, alrededor de la Eucaristía, sacramento del sacrificio redentor de Cristo”. “Atraídos por su presencia real- prosiguió - , los cristianos lo adoran y lo contemplan a través del humilde signo del pan convertido  en su Cuerpo”.

La lógica eucarística: nos nutrimos del amor de Cristo, para compartirlo con los demás

Francisco explicó que “cada vez que celebramos la Eucaristía, a través de este Sacramento, sobrio y al mismo tiempo solemne, experimentamos la Nueva Alianza, que cumple en plenitud la comunión entre Dios y nosotros. Y como participantes de esta Alianza, nosotros, aunque pequeños y pobres, colaboramos en la edificación de la historia, como lo quiere Dios”.
Es por ello - añadió el Santo Padre- que toda celebración eucarística, a la vez que constituye un acto público de culto a Dios, recuerda la vida y hechos concretos de nuestra existencia:
“Mientras nos nutrimos con el Cuerpo y la Sangre de Cristo, nos asimilamos a Él, recibimos en nosotros su amor, no para retenerlo celosamente, sino para compartirlo con los demás. Esta es la lógica eucarística”.
El Santo Padre Francisco constató que la Eucaristía, en la que contemplamos a Jesús pan partido y donado, sangre derramada por nuestra salvación, consituye "una presencia que, como un fuego, quema en nosotros las actitudes egoístas, nos purifica de la tendencia a dar sólo cuando hemos recibido, y enciende el deseo de hacernos, también nosotros, en unión con Jesús, pan partido y sangre derramada por los hermanos”.

Cristo en la Eucaristía es una puerta abierta entre nosotros y Dios

Las procesiones, signo de que Jesús camina por las calles del mundo

El Pontífice resaltó, por otra parte, que la expresión de la piedad eucarística popular son las procesiones con el Santísimo Sacramento, y recordó la que realizará él mismo, en la Solemnidad hodierna en Ostia:
“También yo, esta tarde, en Ostia, como lo hizo el Beato Pablo VI hace 50 años, celebraré la Misa, a la que seguirá la procesión con el Santísimo Sacramento. Los invito a participar a todos, también espiritualmente, a través de la radio y la televisión. Que la Virgen nos acompañe en este día”, concluyó.

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