domingo, 7 de mayo de 2017

Papa Francisco pide a los rígidos de la Ley imitar a Saulo y dejarse guiar por Jesús

El Papa Francisco oficia la Misa en la Casa Santa Marta / Foto: L'Osservatore Romano
El Papa Francisco oficia la Misa en la Casa Santa Marta / Foto: L'Osservatore Romano
VATICANO, 05 May. 17 / 05:03 am (ACI).- En la homilía de la Misa celebrada el viernes en la Casa Santa Marta, en el Vaticano, el Papa Francisco animó a los “rígidos” que están en la Iglesia, pero que son honestos, a imitar el ejemplo de Saulo-San Pablo y dejarse llevar hacia la moderación de la mano del Señor.
Como en días anteriores, el Santo Padre articuló su homilía a partir de la lectura del Libro de los Hechos de los Apóstoles. En concreto, se ha fijado en la figura de San Pablo, quien se convirtió en apóstol del Evangelio después de haber sido persecutor de los primeros cristianos.

Francisco observó que “la primera vez que aparece el nombre de Saulo es en la lapidación de Esteban”. “Saulo –recordó– era joven, rígido e idealista”. Estaba “prisionero” de la rigidez de la Ley. Pese a ello, Saulo “era honesto”, destacó el Pontífice.
En este sentido, contrapuso la rigidez a la honestidad. Advirtió contra aquellos que son “rígidos de la doble vida. Se presentan bello y honestos, pero cuando nadie les ve, hacen cosas deshonestas”.
“Sin embargo, este joven –Saulo– era honesto. Cuando digo esto, pienso en muchos chicos que caen en la tentación de la rigidez, hoy en la Iglesia. Algunos son honestos, son buenos. Debemos rezar para que el Señor les ayude a crecer en el camino de la moderación”.

Otros, “usan la rigidez para cubrir las debilidades, los pecados, los problemas de personalidad”. Saulo creció en esa rigidez, explicó en su homilía el Obispo de Roma, y no podía tolerar aquello que para él era una herejía. Por eso comenzó a perseguir a los cristianos.
Entonces, Saulo se dirige a Damasco para hacer prisioneros a los cristianos que se encontraban allí y conducirlos a Jerusalén. Pero ocurrió algo inesperado: en el camino se encontró “con otro hombre que habla con un lenguaje de ternura: ‘Saulo, Saulo. ¿Por qué me persigues?’”.
Saulo, que a partir de su conversión empieza a utilizar su otro nombre, Pablo, es el ejemplo de que “el joven rígido que se convierte en un hombre rígido, pero honesto, si se vuelve a hacer niño y se deja conducir adonde el Señor lo ha llamado, recibirá la fuerza de la ternura del Señor”.

A partir de ese momento, Pablo comienza a anunciar al Señor hasta el martirio. “Así, este hombre, a partir de su propia experiencia, comienza a predicar a los demás de un lugar a otro”. Pablo, por su conversión, “es perseguido, padece muchos problemas, incluso en la Iglesia, y sufrió por el hecho de que los mismos cristianos se pelearan entre sí”.“Pero él, que había perseguido al Señor con el celo de la Ley, dirá a los cristianos: ‘Con lo mismo con lo que os habéis alejado del Señor, con lo que habéis pecado, la mente, el cuerpo, todo, con esos mismos miembros, también podéis ser perfectos y dar gloria a Dios’”.

Francisco exhortó a la Iglesia a imitar a Pablo, pues él es el mejor ejemplo de cómo un cristiano debe imitar a Jesús. El camino de Saulo es “el camino del cristiano: andar adelante siguiendo las trazas que Jesús ha dejado, las trazas del sufrimiento, la traza de la Cruz, la traza de la resurrección”.
El Papa finalizó la homilía “pidiendo a Saulo, hoy, de forma especial por los rígidos que están en la Iglesia; por los rígidos honestos como él, que tienen celo pero están equivocados. Y por los rígidos hipócritas, que tienen una doble vida, aquellos de los que Jesús decía: ‘Haced lo que dicen, pero no lo que hacen’. Recemos hoy por los rígidos”.

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