lunes, 21 de mayo de 2018

La Iglesia, como María, es mujer y madre

En su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta, el Santo Padre, en la primera memoria de

la Bienaventurada Virgen María, Madre
de la Iglesia, recordó que la primera virtud de una mamá es la ternura
Barbara Castelli – Ciudad del Vaticano
“La Iglesia es femenina”, “es madre” En efecto, por voluntad del mismo Pontífice, esta fiesta se celebra el lunes después de Pentecostés, para “favorecer el crecimiento del sentido materno de la Iglesia en los pastores, en los religiosos y en los fieles, junto a la genuina piedad mariana”.


En su homilía, el Papa Bergoglio precisó que María, en los Evangelios, suele ser indicada como “Madre de Jesús”, y no como “la Señora” o “la viuda de José”. Y esto porque su carácter maternal recorre todas las Sagradas Escrituras, desde la Anunciación hasta el fin. Una especificidad que han comprendido desde el principio los Padres de la Iglesia. Sí, porque se trata de una dote que alcanza y rodea a la Iglesia.
“La Iglesia es femenina, porque es ‘iglesia, ‘esposa’: es  femenina. Y es madre, da a la luz. Esposa y madre. Y los Padres van más allá y dicen: ‘También tu alma es esposa de Cristo y madre’. Y en esta actitud que viene de María, que es Madre de la Iglesia; de esta actitud podemos comprender esta dimensión femenina de la Iglesia que cuando falta, hace que la Iglesia pierda su verdadera identidad y se convierta en una asociación de beneficencia o en un equipo de fútbol, o en cualquier cosa, pero no en la Iglesia”.


Sólo una Iglesia femenina podrá tener “actitudes de fecundidad” según las intenciones de Dios, que “ha querido nacer de una mujer para enseñarnos este camino de mujer”.
“Li importante es que la Iglesia sea mujer, que tenga esta actitud de esposa y de madre. Cuando olvidamos esto, es una Iglesia masculina, sin esta dimensión, y tristemente se convierte en una Iglesia de solterones, que viven en este aislamiento, incapaces de amor, incapaces de fecundidad. Sin la mujer la Iglesia no  va adelante, porque ella es mujer. Y esta actitud de mujer le viene de María, porque Jesús así lo ha querido”.


La virtud que más distingue a una mujer – reafirmó  Francisco – es la ternura, como María que “dio a la luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo puso en un pesebre”. Y añadió que ocuparse, con docilidad y humildad, son las cualidades fuertes de las mamás.
“Una Iglesia que es madre va por el camino de la ternura. Conoce el lenguaje de tanta sabiduría de las caricias, del silencio, de la mirada que sabe de compasión, que sabe de silencio. Y, asimismo, un alma, una persona que vive esta pertenencia a la Iglesia, sabiendo que también es madre debe ir por el mismo camino: una persona dócil, tierna, sonriente y llena de amor”.

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